Domingo XXI da (Lc. 13,22-30)
Las ciudades fortificadas poseían una puerta de entrada. La
misma era la seguridad y regulaba quien entraba y salía. Designaba la grandeza
de esa ciudad. Tener las llaves de esa PUERTA era recibir el poder de la misma,
lo mismo si era conquistada. Jesús entendía el significado y lo utilizaba para
su enseñanzas. Las puertas del paraíso fueron cerradas a Adan y Eva… Las
puertas del Sheol de la muerte… JESUS PUERTA para llegar al Padre. Él abre
nuevamente las relaciones con Dios. Nos comunicábamos a tientas… por lo que
decíamos que no era Dios… o debía ser. Nadie conoce al Padre sino a quien El se
lo revele… Conocer que por Él no sólo se abrió la puerta sino Él mismo lo es.
En el ambiente pastoril decía ser el único lugar para entrar al rebaño. Por otro
lado son salteadores y ladrones. A los Escribas y Fariseos los reprochaba por
cerrar las puertas hacia Dios… No entran ni dejan entrar… Ser Jesús Puerta es
mostrarse como MODELO VIVO del proyecto del Padre. Ser estrecha es manifestar
que no hay otro para imitar. Señor Jesús no permitas que los tiempos desfiguren
tu imagen de modelo y Vida para un mundo mejor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario