XIII durante el año. (Mc. 5, 21-43).
Después de desembarcar “llegó uno de los jefe de la Sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies, rogándole con insistencia: ’mi hijita se está muriendo, ven a imponerle las manos, para que se cure y viva’ ”. Antes de llegar le llegó la mala noticia “Tu hija ya murió…”. Todas las esperanzas quedaron perdidas …
Jesús levanta el ánimo, que confíen en El: “NO TEMAS, BASTA QUE CREAS”.. Ante la mirada de desconfianza y pensamientos negativos contra Jesús, hasta llegar a la burla de los asistentes incrédulos… El “la tomo de la mano y le dijo: ‘TALITÁ KUM’, que significa : niña, Yo te lo ordeno, levántate”. Ante la admiración de todos la niña se levanto.
Imaginemos el abrazo de los padres afligidos y tristes, la alegría inmensa de tener nuevamente sana a su niña. Siempre la muerte de un ser inocente y pequeño produce tristeza y planteamientos del ¿porque?, ¿tan pequeña?, ¿que culpa tuvo ella?, ¿será un castigo?...
Cuantos planteamientos nos viene a la mente y cuestionando la injusticia de la vida larga y de bienestar de tantos criminales, corruptos y malvivientes, cuando nos encontramos frente a la muerte de una inocente y pequeña niña. Todo queda en el misterio de Dios, NO HAY RESPUESTA pero las palabras del Maestro de “NO TEMAS”... “TEN FE” van mas allá del entendimiento. Solo, como Su Madre Celestial, ante el misterio de las incomprensiones se dice que Ella:“TODO LO GUARDABA EN SU CORAZÓN”.
Algún día tendremos la repuesta pero nunca debemos desconfiar del Amor que Dios Padre Creador tiene sobre esa pequeña criatura como de tantas enfermas que nacen y viven dependiendo de los demás. De mi paso por el Cottolengo experimente el amor, sensibilidad, sencillez y gratitud que poseen; con sus limitaciones y existencia tan corta y dependientes, me llenaron el corazón de amor y recuerdos que nunca olvidaré. Detrás de ellos hay un misterio incompresible pero nunca podemos dudar del AMOR INMENSO de Dios para con ellos. Jesús resucitó a esta niña dándonos la confianza del poder regenerador de Su Padre, no temer ...tener fe… Nuestro Padre Creador tiene siempre un buen destino para ellos y para todos. Su amor es inmenso y no tiene límites para el bien de todas sus criaturas. ¡ADELANTE NO TEMAS... TEN FE!.
En la segunda parte del Evangelio aparece una mujer que padecía hemorragias, la consideraban impura y debía estar separada e impedida de relaciones amorosas con el varón. Su FE era tan grande que decidió no revelar su enfermedad y arrastrándose entre la gente poder llegar a Jesús y “con solo trocar su manto quedaré curada”.
La mujer no tenía voz válida públicamente para valer su declaración, ni tenía decisiones sociales, era discriminada. En este caso su enfermedad como otras tantas que no se conocía su curación, se las consideraba como provenientes de su mancha del alma, su pecado, considerándola como un castigo. Parecido como aquellas enfermedades de la piel atribuidas a la lepra, debían estar aisladas… sufrían la enfermedad y el castigo de la sociedad. En este caso se sumaba la humillación de no poder ser considerada como una mujer plena. Jesús experimenta salir de El una fuerza curativa. Mira a su derredor y pregunta quien la toco, los Apóstoles asombrados porque la multitud lo apretaba. Pero Jesús sabia que alguien lo TOCO DE MANERA DISTINTA... CON FE. Ella reconociéndose sanada revela públicamente su acción, no recibe condena sino reconocimiento del Maestro : ”Hija, TU FE te ha salvado. Vete en paz, y queda curada de tu enfermedad”.
“Señor, aumenta nuestra fe para poder experimentar Tu Amor Misericordioso y Providencial ante las oscuridades que nos ocasionan las injusticias y sucesos indeseados que provocan dolor e incomprensión de su existencia”.