Domingo XVIII durante el año. (MT. 14, 13-21).
Al conocer Jesús la muerte de Juan Bautista se retiró a la soledad, lugar que frecuentaba para su relación con el Padre Celestial. Al volver a la costa se encontró con una multitud que lo esperaba. Movido por la empatía sintió lástima y curó a los enfermos. Pasaban las horas, los Apóstoles le recomendaron despedir a la gente porque era tarde y no tenían que comer. El Maestro les dice; “DENLE USTEDES DE COMER..”. Atónitos los Apóstoles se miraban unos a otros “¿donde conseguir comida para tantos?”, solo había cinco panes y dos peces. Tan solo ese pequeño aporte fue suficiente para que Jesús bendiciéndolos los multiplicara, comieron todos y recogieron doce cestos llenos de sobras.
El Maestro estimula despertar la generosidad, aportar cada uno lo que pueda tener y no guardar celosamente la comida o después de saciarse tirar a la basura la sobra, cuando hay gente que no tiene que comer, saber COMPARTIR. Dios podía hacer caer maná del cielo pero esperó ¡qué harían los hombres por sus hermanos ante las necesidades!. Nacido y criado en una familia numerosa, nuestros padres nos educaron en comer lo que tuviéramos en el plato, dando gracias de tenerlo, no dejar nada en el, comiendo lo que se sirve. Lo mismo con el pan, no se dejaba desperdicio, se lo comía todo, porque hay gente que no tenía la posibilidad de tenerlo y es “el Pan nuestro de cada día”, el Maestro dejó su presencia Eucarística en él. Hay Familias que siempre tienen un plato preparado para algún necesitado que pase por su puerta ¡Que grandes recuerdos! En una oportunidad visitando una comunidad sobre la autopista Camino del Buen Ayre, veo pasar bajo el puente mucha gente, unos en bicicleta otros a pie, trayendo bolsas repletas, pregunté ¿que traían?, me respondieron COMIDA VENCIDA del basural, tirada por grandes supermercados ¡Esta injusticia clama al cielo!.
En este tiempo de pandemia, me llena de emoción ver tanta gente solidaria que prestan sus pequeños lugares con gran corazón para realizar comedores barriales. Dan gratuitamente para recibir afecto y agradecimiento, ninguna recompensa económica. Sería injusto nombrar uno dejando de lado a otros, porque son muchos... Siempre me pregunte: ¿de donde sacan tanta mercadería y como cubren los gastos?. QUE GRANDES CORAZONES SOLIDARIOS, entrega generosa de tiempo, talentos y posibilidades. Son pobres en lo económico pero ricos de corazón. Unos aportan cinco peces otros dos panes … Dios multiplica y todos quedan saciados. Los grandes milagros de Jesús, en nuestro tiempo, es despertar esa empatía, dando con generosidad lo poco que se tiene, pero sumando a otros, cubren las necesidades ...hay que saber ver las buenas obras y darlas a luz para que sirvan de ejemplaridad y de justo reconocimiento. No todo es negativo ...el Reino de Dios se va edificando en el tiempo presente.
De este pasaje del Evangelio de Mateo no debemos quedarnos simplemente en el milagro, en el poder milagroso de Jesús y recurrir a El ante las necesidades ….Pedir y pedir quedándonos con los brazos cruzados, esperando el maná del desierto...El Creador nos dio mente, corazón y manos para ver, afectar y obrar ante las necesidades y las injusticias. Solemos realizar muchas cadenas de oraciones, unos por la salud de alguien otros por necesidades económicas y otras tantas carencias que sufrimos diariamente, pero VER, JUZGAR y ACTUAR, nos llevará a poner todo lo que Dios nos dio para solucionar los problemas y no tener los brazos caídos ...sin hacer nada … Dios nos diría: te di inteligencia, salud, naturaleza prodiga, CUÍDALA y ATIENDE TUS NECESIDADES y la de TUS HERMANOS.
“¡Gracias Jesús! por despertar en cada uno de nosotros la posibilidad de poner nuestras capacidades al servicio de las necesidades de nuestros hermanos, edificando un mundo mas humano, justo y equilibrado”.
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