Domingo XXIV. Durante el año. (Mt. 18, 21-35).
En la historia del hombre el tema de la violencia y las agresiones, como todo mal ocasionado a los demás, tuvo sus juicios y consecuencias según el entendimiento y crecimiento de la misma dignidad humana en búsqueda de soluciones.
La JUSTICIA POR MANO PROPIA, como la conocemos, llevó a que se realizaran actos mas agresivos con consecuencias dolorosas e injustas, trayendo el odio de generación en generación, tribales, familiares, razas y países.
Para evitar los excesos de las respuestas a las agresiones surgió la LEY DEL TALIÓN: “ojo por ojo y diente por diente”. Tratando de equilibrar la agresión recibida con el castigo a dar. Pero seguía siendo una respuesta personal sin que nadie cuestionara. Las autoridades gubernamentales, tanto reales como religiosas, eran las que decidían cual era el castigo para cada caso. En el tiempo de Jesús el Imperio Romano, con mucha astucia, dejaba tomar decisiones en los Pueblos gobernados con limitaciones. Las Autoridades Judías Religiosas podían realizar la flagelación con un numero determinado de golpes que, para multiplicar el castigo, agregaban en las terminaciones de las tres sogas otras tantas, multiplicando el castigo sin salirse de las leyes establecidas, De esta manera pudieron flagelar a Jesús y coronarlo de espinas, pero no podían matarlo porque se lo prohibía el Gobierno Romano, condena que se reservara realizar. La crueldad de las respuestas eran desequilibradas e injustas, tampoco había posibilidad de defensa.
AQUEL que recibió los tormentos mas morboso e injustos, Jesús desde la cruz, pronunció su visión divina del perdón: “PADRE PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”. Sin justificar el mal recibido trata de manifestar la ignorancia y ceguera con que se realizan. Pasa el tiempo y cuesta asumir soluciones distintos a la agresión como respuesta al mal recibido. El hombre moderno todavía no encuentra otro camino sino las armas y la violencia para reclamar sus derechos. Desde lo mas profundo de los corazones sufrimos las injusticias, el dolor necesita ser superado, no podemos recibirlas y no tener la posibilidad de curarlas, las injusticias reclaman una respuesta reparadora y sanadora.
En un mal ocasionado hay un agresor y una victima que la recibe. Ya sea una persona, una institución, hasta la misma naturaleza ... tan castigada por la falta de su cuidado ( hoy, como nunca se esperarían fieles de la Iglesia Católica, un Papa Francisco elabora y sacar una Encíclica “Laudato si” que tratara el tema).
Hay un dicho que dice: “Dios perdona siempre ...el hombre a veces ...la naturaleza nunca”. Dios por su infinita Bondad y Amor no puede realizar otra acción que brotara de su Ser, el perdón es una de ellas como la misma creación y redención. La naturaleza reacciona según el estimulo recibido. El hombre siempre movido por sus intereses y dolor es muy difícil que sea plenamente justo, equilibrado y bondadoso ...castiga como dos mas dos son cuatro. Aunque ahora hay ideologías que quitan la responsabilidad, de los actos malos realizados, culpando a la sociedad injusta que provoca la reacción del victimario. Los ladrones están sueltos como los violadores y asesinos, también los corruptos que aprovechan su cargo no como misión para el bien de la sociedad sino para enriquecerse.
“Padre Celestial envía Tu Espíritu para abrirnos la mente al bien común y fortalecer la voluntad para edificar un mundo mas humano y justo”.
Gracias, Gastón, un abrazo.
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