domingo, 26 de diciembre de 2021

“SU PADRE Y SU MADRE ESTABAN ADMIRADOS POR LO QUE OIAN DECIR DE ÉL...”

Domingo. fiesta de la Sagrada Familia. (Lc. 2,22-40). 
El Domingo siguiente a Navidad celebramos la fiesta de La Sagrada Familia.  El Creador al venir en Carne, humanizarse, asume lo humano y forma un núcleo que llamamos familia, según las mismas costumbres judías de entonces, por el varón, mujer e hijos. 
La Sagrada Familia estaba constituida por la cabeza varonil, asumían la costumbre patriarcal, se le respetaba y obedecía. Era el responsable de cuidar ese núcleo ante los peligros y con su trabajo mantener el sustento del hogar. Según esa tradición se le aplica a San José el titulo de  Patriarca. En estos tiempos difíciles y año particular se le pide a él  quiera cuidar la Iglesia ante los tiempos difíciles que vivimos.
La mujer, María, dedicada cuidadosamente del hogar, que no era ser esclava del varón, sino responsable del cuidado y educación de los hijos hasta los ocho años. Después de esa edad el varón pasaba a ser educado en el ambiente varonil del trabajo y maduración afectiva con el padre y la mujer seguía educada por su madre. 
De esta cultura surge el llamar Patrimonio (de padre) a los bienes materiales adquiridos y matrimonio (derivado de madre) a lo que formalizará una relación sostenible, dividiendo las responsabilidades del hogar. 
Lucas relata la presentación del Niño Jesús en el Templo. La Sagrada Familia, según la costumbre judía, llevaba al niño nacido en su octavo día para la circuncisión, signo de pertenencia a Dios y mirada al crecimiento del Pueblo ayudando la fertilidad. Luego se lo presentaba al Señor: “Todo hijo varón primogénito será consagrado al Señor”; recuerdo de la época vivida en Egipto. Para salir de la esclavitud y ser liberados, de la dureza de Faraón, Dios envió las plagas. La última fue la muerte de los hijos primogénitos (herederos del patrimonio familiar y del reino). El pueblo judío quedaba exento, ante el paso del ‘ángel exterminador’, en las casas donde los dinteles fueran marcados con la sangre del cordero. De allí que el cristianismo entiende a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Su Sangre derramada en la Cruz aplicada, no ya en los dinteles de las puertas, sino en cada creyente, quedamos marcados con Su Sangre y nos priva de la muerte eterna.
Hoy día la responsabilidad esta más compartida, ya no se ve mal al varón lavar platos, hacer la comida, barrer la casa ...tareas del hogar que solo la realizaba la mujer. También observamos a la mujer mas integrada a la sociedad, asumiendo cargos de responsabilidad antes inimaginable, en lo profesional y de gobierno. En la Iglesia Institución se está abriendo lentamente el camino de participación de la mujer en responsabilidades y ministerios jerárquicos. Se esta buscando encausar los grandes valores femeninos como aportes a la humanidad. No se busca la igualdad del varón con la mujer, como si fueran iguales, sino respetando la diversidad del pensar, sentir; la mirada distinta llena del sentimiento femenino. La riqueza de lo diverso del varón y mujer, complemento para caminar juntos, uno al lado del otro y no uno detrás del otro. Dios los creo varón y mujer, distintos,  complementándose, no anulándose.
"Dios Bueno y Misericordioso que te has querido revelar como un Padre tierno y providente haznos ser cuidadosos y agradecidos por el ambiente familiar en el que fuimos creciendo y asumiendo valores humanos para tu Reino de Amor, Justicia, Paz, Gozo, Felicidad y Vida. Ayúdanos a sembrar dichos valores y ser comprensivos con aquellos que no han tenido dicho privilegio"




domingo, 19 de diciembre de 2021

“EL NIÑO SALTO DE ALEGRIA EN SU SENO…”

b bido el anuncio de que su prima Isabel estaba esperando un hijo, como signo de veracidad del anuncio del ángel de que ella sería la Madre del Señor por obra del Espíritu. Ella va a visitar a su prima, no tanto para confirmar la veracidad de lo revelado sino, para ponerse al servicio en lo que fuera necesario. 
Llevando en su seno al Niño Dios, sin que todavía tuviera una revelación física ni de palabras, Isabel experimenta la alegría por revelación de su niño que saltó de gozo en su interior. Juan fue santificado desde el seno de su madre, realizando su primera misión de Precursor y Predicador, en esta visita de María. Luego en el Jordán dirá de ÉL: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo… este es Aquel que dije no ser digno de desatar las correas de sus sandalias”.
María fue bendecida por Dios, santificada “llena de gracia, el Señor es contigo, bendita Tu entre todas las mujeres” porque es “bendito el fruto de tu vientre”.
Se encontraron dos mujeres en espera de un NIÑO DESEADO, uno venido en la edad avanzada, quien será el precursor del Señor, quien llamará a los hombres a prepararse para su venida y recibir su mensaje: el Proyecto de Vida, revelación del Padre Celestial. 
María llevará en su seno, los noventa meses, al Niño que traerá el Mensaje del Padre, traerá la Redención, El es el CAMINO de Salvación., El llamará a seguirlo por su estilo de vida, su Palabras no eran vacías sino acompañadas por su testimonio. Eran Palabras y Vida: ’hagan lo mismo que han visto’. El puso su ejemplo, lo relató en la ultima cena: ‘les he lavado los pies hagan el uno por el otro... no vine a ser servido sino a servir y dar la vida por una multitud’’.
¡Que misterio de revelación! Dios no viene desde lo alto o de lo profundo, del este o del oeste, del norte o sur… viene en el silencio y secreto de una MUJER que recibe en su interior el MISTERIO DE VIDA. Desde el primer momento está la VIDA  sembrada, ella ofrece su vientre, su feminidad para el crecimiento y darla a luz . Toda mujer lleva ese misterio desde cuando es fecundada: una VIDA NUEVA… un misterio, un futuro, una misión...Ella es el cofre de oro bendito, que alberga en su interior un MISTERIO. ¡Que bello y emocionante! es reconocer ese misterio que va desarrollándose: escuchamos su latido, sus movimientos independientes de la madre, como se va acomodándose para su salida, hasta cuando pone su dedo en los labios, cuando patalea pidiendo a su madre cuidado de sus posturas. Se hace notar su presencia. Hoy, con los instrumentos modernos, reconocemos su sexualidad, su tamaño, su peso, su carácter y vida..
¡Qué futuro esconde en su interior! ¡qué misión!. Cada uno es personal y amado de esa manera por Dios, puesto en la vida. Nadie nace sin entender que allí está el AMOR de Dios expresando, por lo que nadie vino al mundo sin el querer de Dios y su Amor Eterno. Somos queridos individualmente. Cortar su vida es impedir la realización de un Plan Divino en ese niño por nacer. La mentalidad del asesino Herodes, que por temer su reino manda matar a los niños recién nacidos, hoy se los mata desde el seno de su madre.
Hoy recordamos a dos madres que llevan el misterio de vida en su interior, sabiendo que dan todo de sí a un ser distinto de ellas mismas pero unidas. Ellas colaboran y llenan de esperanza al mundo por el nacimiento de un nuevo ser, que esconde una misión maravillosa y única. En Isabel a Juan Bautista, el Precursor del Señor y en María al Salvador, al Redentor, quien dará su Vida por nosotros.
En el Evangelio de hoy son dos madres, dos mujeres sin presencia ni recuerdo del varón, emocionadas intercambiaban sus experiencias de maternidad, María e Isabel.
“Madre Celestial, tu nos llevas al recuerdo de aquella mujer que nos llevó en su seno y nos dio a luz. Elevamos, por tu intermedio, el agradecimiento por darnos la vida. Ayúdanos a llevar adelante la misión que el Padre Eterno nos dio para edificar un mundo mejor”.

domingo, 12 de diciembre de 2021

¿QUE DEBEMOS HACER ENTONCES?

III° Domingo de Adviento. (Lc. 3, 10-18). . 
Ante la predicación dura de Juan Bautista: “raza de víboras… produzcan frutos de una sincera conversión…. El hacha está puesta a la raíz de los árboles…”, la gente empezó a visitarlo, escucharlo y cuestionarse sobre su comportamientos de vida y le preguntaban “¿Qué DEBEMOS HACER ENTONCES?”.
Recordábamos que Juan Bautista se retiró de su misión sacerdotal, cuestionando su ambiente y el modo de vida que tenían. El pueblo sometido a vivir dependiendo del Imperio Romano y de las Autoridades Religiosas que vivían de los beneficios del Pueblo y la permisión del dominio extranjero.
Volver al desierto era volver a las fuentes desde donde Dios los había entrado a la Tierra Prometida. Con un ideal de vida social, que ya habían compartido en el desierto y también purificado, cuando renegaban de comer siempre el maná. El hombre tiene la facilidad de acomodarse a los buenos tiempos como a los malos. Cuando padece necesidades eleva a Dios pidiendo su asistencia y cuando está en tiempos buenos, viviendo en abundancia, se considera poderoso y se olvida de Dios y su providencia. Dios termina siendo un almacén general, donde se abastece de las necesidades y luego se abandona.
Juan Bautista no llamó a la conversión llamándolos a visitar mas frecuente el Templo y ofrecer los sacrificio según su nivel social. Según este ultimo ofrecían desde una paloma, un cordero o un novillo, una parte se quemaba en la ofrenda y el resto era para alimentarse los Ministros Religiosos. 
La conversión era cambiar el MODO DE VIDA:”El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene, y el que tenga qué comer, haga otro tanto…”.La primera llamada era algo básico para vivir ...el vestirse y el alimento… .En una oportunidad estaba visitando una Comunidad al borde de la autopista, donde del otro lado está ubicada el basural, con sus montaña de basura. Por un túnel pasaba gente en bicicleta llevando bolsos llenos de contenido...pregunto ¿Qué llevan?. La respuesta fue muy triste. ‘Traen del basural la comida descartada de los supermercados’. No podía creer lo que escuchaba. Preferían tirar al basural comida antes que darla al necesitado y tener una bajada de precio de los productos, o tener un juicio por alimentarse de productos en mal estado… Pero muchos recurrían a ellos para alimentarse sin que nadie cuidara el estado de los mismos y ni darlos a tiempo antes que se pudran.
Se acercaron también Publicanos “Maestro ¿Qué debemos hacer?” y Juan les respondió: “No exijan más de lo estipulado”. Ellos tenían la potestad de agregar, a los impuestos dados por el Imperio, una suma para ellos mismos, haciendo penosos y creando deudas, oprimiendo a los trabajadores y productores, hasta muchas veces quedándose como dueños de los terrenos por la deuda.
Aparecieron también soldados quienes le preguntaron: “Y nosotros, ¿Qué debemos hacer?”...le respondió a ellos “No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo”. Frente a una autoridad y esta teniendo un poder de represión, se produce una desigualdad de relación con posibilidad de tener una ventaja de dominio y exigencias  injustas, en vez de ser un servicio al orden y la disciplina de una sociedad. 
¿No parecen muy actual y de todos los tiempos estos comportamientos necesitados de conversión?.
El hombre de todos los tiempos y en todos los oficios encontramos grandes hombres y miserias . En toda Institución encontramos hombres virtuosos y otros miserables. Por mas que sus normas sean rectas los hombres las transforman en instrumentos para sus provechos personales. El mal no es de la Institución sino de sus hombres, hay buenos y malos. 
Este es el CAMINO de conversión, de preparación para la Navidad, recuerdo de la primera venida, como también la última,… ser instrumentos en la edificación de un mundo mas humano, dichoso, justo, hermanado.
“Ven Espíritu Santo haznos dignos pesebres para recibir al Niño Dios, quien desea nacer nuevamente en nuestro interior y manifestarse en el mundo”.


domingo, 5 de diciembre de 2021

“VOLVER A LAS FUENTES”.

II° Domingo de Adviento. (Lc.3,1-6). 
El Evangelista Lucas relata el nacimiento milagroso de Juan Bautista . Era hijo de Zacarías e Isabel, ambos descendientes del linaje sacerdotal, Juan heredaba el sacerdocio levítico. En un determinado momento se aleja del servicio sacerdotal y se dirige al desierto, vuelve a la otra orilla del Jordán. Por ese lugar había penetrado el Pueblo, guiado por Moisés en el desierto, llegando a la tierra prometida, tierra fértil y generosa.
¿Cuál seria el motivo que Juan renuncia a su misión sacerdotal y se vuelve al lugar desde donde había penetrado su Pueblo a la tierra prometida?.  ¿Habría encontrado un motivo para dar a entender su testimonio?. Una llamada a la CONVERSIÓN, una mirada atenta a la brújula que nos guie nuevamente por los senderos de Dios y no creados por el hombre. Las palabras quedan vacías si no van acompañadas por el testimonio. PALABRAS y OBRAS. 
Juan rompe, con su ida al desierto, la vida sofisticada, abundante de bienes creando diferencias sociales. Vuelve al desierto, a la vida austera, viviendo alimentándose con lo que podía encontrar en aquel ambiente rustico y desértico. Dejaba de lado todo lo que una sociedad brinda al hombre para vivir sin preocupaciones, llenando su vida en la abundancia, con autosuficiencia y olvido de las  necesidades que había tenido al cruzar el desierto… volver hacia aquel tiempo era recordar la dependencia total a Dios. La austeridad llevaba a vivir nuevamente de la dependencia en la providencia, mirando a un Ser Superior que le brinda lo necesario para vivir y el compartir con los demás lo necesario en el sustento diario. 
Ir al desierto era su primera predicación:  VOLVER A LAS FUENTES.
Juan se aleja de la oferta de bienes y vida sofisticada que ataba su vida para volver la mirada serena a Dios. En el desierto solo acompaña lo esencial … nadie cuando va peregrinando lleva consigo una mochila cargada de utensilios que hace pesado el caminar y que resultan inútiles o superfluas … solo se lleva lo esencial. 
La sociedad, con su avance tecnológico, nos brinda muchas herramientas novedosas, algunas necesarias y otras sofisticadas que desvían la mirada y cautivan con ofertas nuevas, atando el corazón. Las ofrecen como necesarias, como que sin ellas no se podría vivir, de este modo nos llevan a cambiarlas continuamente, comprando siempre lo novedoso. El progreso económico, se realiza en la compra y venta .  Esclavizan y no permiten la agilidad en el caminar por la vida. Nuestra vida es un peregrinar, no podemos olvidar nuestra trascendencia ...estamos para el mas allá. Nadie a durado eternamente en la tierra, sus bienes no le han dado estabilidad ni comprado esa eternidad. 
Preparándonos a la venida de Jesús ...recordamos el  caminar de José y María hacia Belén, llevando consigo lo elemental.
El recuerdo de Juan predicando desde el desierto a la conversión, debe llevarnos a mirar nuestro interior y ver tantos apegos que desvían la mirada a lo esencial para vivir. La espera de la venida de Jesús en el pesebre, como también su futura venida, debe realizarse desde nuestro corazón liberándolo de condicionamientos que desvían la mirada y atan el corazón a otros intereses; aunque no sean malos o pensamos que son buenos para vivir o enriquecen nuestra relación con Dios. DONDE ESTA TU CORAZÓN ALLI ESTA TU TESORO. Usa de tus bienes materiales como si no lo tuvieras y vive como si no los necesitaras; sé SEÑOR de ellos y no esclavo. Hoy los tienes ...gracias Señor; mañana no los tienes ...gracias Señor.
Recordamos que Juan se alejó de su ministerio sacerdotal, lugar privilegiado para entrar en el Santo de los Santos, lugar del sacrificio del cordero y privilegio en la relación con Dios, donde el Pueblo no podía llegar. El desierto equilibra a todos en una relación sin privilegios con un Dios cercano al corazón desprendido, humano y generoso, libre de ataduras, sin tantos condicionamientos. Dios, en el desierto del alma, desde su interior, se revela para enriquecer la vida con una relación directa, privilegiada, personalizada. 
Un corazón purificado es la preparación para que encuentre el Niño Dios un lugar para nacer nuevamente. Tu alma es el pesebre del Niño Dios.
“SAN JOSÉ... TU LLEVASTE Y CUIDASTE, EN EL PEREGRINAR, A MARÍA EN LA DULCE ESPERA , PARA QUE DIERA A LUZ A NUESTRO SALVADOR; CONDUCENOS EN ESTOS TIEMPOS OLVIDADOS DE DIOS, PARA QUE DEMOS A LUZ EL HIJO DE DIOS QUE HAY EN CADA UNO DE NOSOTROS”.