2°Domingo de Navidad. (Jn. 1,1-18).
Dentro del clima navideño Juan nos revela el misterio del Dios hecho hombre con estas palabras místicas de “La Palabra hecha Carne”, en esa Palabra “estaba la Vida que era la luz de los hombres”, “Luz que brilla en las tinieblas”, siempre existían en Dios y se han revelado al mundo.
Palabras llenas de contenido místico, un modo de entender y revelar un misterio.
¿Cómo entenderlas hoy? Como encontrar un lenguaje actual y comprensible para todos.
Siempre se ha aceptado que a Dios se llega por el conocimiento de sus obras...la naturaleza, sus leyes… En el antiguo testamento, libro de la Sabiduría, y San Pablo retoma la idea: Dios se da a conocer por sus obras, solo el necio lo ignora… La belleza y perfección de lo creado nos habla de un ser Superior, Suma inteligencia y Sumo poder, que se revela en cada época de diversas maneras.
Las distintas culturas y épocas los hombres entendían a ese Ser Superior de distintas maneras, dándoles atribuciones diversas según su entender: para unos lo veían representado en el sol, por la luz y vida que trasmite; por un rayo, por su fuerza de energía; otros por algún animal u hombres poderosos, o mezcla de uno con otros…porque en cada uno de ello encontraban algo majestuoso, aplicable a ese Ser Superior, que llaman Dios. Distintas culturas, sin relacionarse entre si, manifestaban la necesidad de reconocer y relacionarse con ese Ser Superior, mirando los astros o la tierra madre....
El avance del conocimiento, la ciencia y las mismas relaciones culturales, que habían llevado hasta guerras religiosas, hoy se busca un comprender el porque de cada interpretación. Todos debemos evolucionar, sin quedarnos atrapados en un época determinada, un modo de entender, como también de comunicarnos con El, atados a un rito determinado. San Pablo decía que cuando éramos niños se no hablaba como a niños y al ser adultos no cabe ese mismo lenguaje… pasado los tiempos y el intercambio cultural, como el avance de la ciencia (donde debemos entender que también Dios se revela en ella) la mirada tiene que ser mas humilde, sencilla, amplia, sabiendo que estamos ante un MISTERIO que nos supera.
Este es la riqueza mas grande que Jesús nos da, ya no buscar cansadamente y equivoca o a ciegas. Con humildad reconocerlo desde ese niño nacido en Belén como en la muerte en Cruz, no quedarnos mirando al cielo.. como los apóstoles. Volver a Galilea, al inicio, es recordar lo enseñado para vivir según su ejemplo, esa es la DOCTRINA , no confusa o magisterial elaborado por los hombres, sino en la sencillez y rutina diaria. Desde el encuentro interior con El, vivir el día acompañados y escuchando su enseñanza.
Desde el encuentro interior con El miramos la vida de manera distinta, VIVIR según SU PROYECTO, allí encontraremos al Dios hecho hombre, en lo humano.
Hemos estado mirando siempre lo que nos rodea buscando signos de Dios, deseando que se nos revele...San Juan nos dice la Palabra...la Luz… se hicieron visibles por la Vida hecha carne.. San Agustín decía que ‘tarde había conocido y amado a Dios porque lo buscaba fuera de si y lo encontró en lo profundo de si mismo..’.
Ya no perdemos tiempo buscando fuera de nosotros mismos y como relacionarnos, entrar en lo profundo de si mismo y entender que esta Dios, dando vida, amándonos, dándose a conocer, moviéndonos a obrar bien…
Jesús revela a Dios como su Padre, en una unidad muy fuerte: “El Padre y yo somos uno, quien me ve … ve al Padre”, expresando unidad. Su nacimiento revela la presencia divina en lo humano, vivido según su MENSAJE y ESTILO DE VIDA. Él comunicó a los Apóstoles que si alguien les dice que está presente en este o aquel lugar no crean; su venida será clara para cada uno, como el amanecer o atardecer revelan distintos momentos del día. No buscar a Dios aquí o allá sino en el interior de cada uno y en la mirada conjunta la vida que nos rodea.
“Padre Celestial, ayúdanos a ver desde nuestro encuentro interior contigo, la presencia de Tu Amor en la vida que nace cada día; recordándonos Tu venida en el Niño que nació en Belén”.
Gracias por compartir tus meditaciones Gaston. Un abrazo enorme y que pases un excelente 2022
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