Ascensión del Señor. (Mt. 28, 16-20).
Jesús se aparece ante los once Apóstoles en un monte de Galilea, despidiéndose de ellos. Tres revelaciones nos trasmite: primero los plenos PODERES que se le fue dado. En segundo lugar el ENVIO a todo el mundo a proclamar la Buena Nueva de la Salvación y en tercer lugar que ESTARÁ con nosotros hasta el fin del mundo.
Las dudas no faltaron en los Apóstoles sobre su presencia real. Esto nos tranquiliza sabiendo que también podemos dudar ... saldrán cuando demos lugar a la FE en JESÚS RESUCITADO y GLORIOSO. Tomás tuvo que poner sus dedos en las llagas gloriosas de Jesús … nosotros en las respuestas a las dudas de ellos, sus testimonios. Ahora en la despedida siguieron algunos dudando de la nueva realidad que Jesús presentaba de sí mismo.
Se despide de ellos manifestando ya cumplida su misión y enviándolos al mundo entero: HACER DISCÍPULOS ... bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y “ENSEÑÁNDOLES A GUARDAR TODO LO QUE LES HE MANDADO”.
En la resurrección Jesús se presentó de una manera confusa a los Apóstoles y a los Discípulos de Emaús que lo reconocieron recién en la fracción del pan. Aparecía y desaparecía estando las puertas cerradas, ya en Jerusalén o Galilea sin necesidad de trasladarse.
Hoy recordamos la partida de este mundo o de esta realidad de vivir humanamente a otra distinta. Jesús les había revelado de que se iría a la “Casa del Padre”, prepararía un lugar para los suyos también. Palabras y realidad misteriosa para nuestra experiencia terrena. ¿Cómo fue la realidad del Resucitado?, ¿Cómo es la realidad de la Ascensión?, ¿Cómo es y donde está la CASA del PADRE?.
Tratando de explicar esas realidades con palabras humanas no dejamos también de expresarlas en un tiempo y una visión cultural distinta. El pueblo judío entendió de una manera la realidad de “cuerpo” como la experiencia de ser en toda su realidad y nosotros heredamos del pensamiento griego, su filosofía, como el hombre formado de cuerpo, alma y espíritu. El cuerpo glorioso de Jesús no fue como la resurrección de Lázaro, revivir para luego morir. ¿Como entender la Ascensión? A los niños en el catecismo le dibujaban volando en una nube, con corona en su cabeza, una expresión totalmente infantil ...hoy como daríamos a entender este paso de Jesús? El Papa Benedicto XVI lo expresaba como el paso a una NUEVA REALIDAD DE SER HOMBRE, a una DIMENSIÓN DISTINTA DE SER... No deja de ser palabras maravillosas, llenas de sabiduría y capacidad de reflexión para expresar lo desconocido … pero siguen siendo misteriosas. En todos existe el deseo de la resurrección y pervivencia que nos predispone aceptar lo revelado por los Apóstoles.
A través de los tiempos los hombres trataron de explicar el paso al mas allá sin dejar claras las dudas, se elaboraron doctrinas, teorías, estados intermedios de purificación (purgatorio), hasta poniendo días de estadía, también en las indulgencias. Todo se tranquiliza cuando ponemos en Jesús nuestra confianza. La PLENITUD DEL HOMBRE la realizó Jesús llevando consigo nuestra naturaleza a la unión plena con Dios. En esta vida experimentamos constantemente nuestras limitaciones e imperfecciones. Solo en Cristo Jesús se experimenta la plenitud que estamos añorando adquirir. Nuestra humanidad en Dios esta en esa plenitud deseada, llamándonos a participar de ella, hacia allá miramos confiados. El llegó y nosotros peregrinamos, orientamos nuestras vidas, caminando por la senda que El nos dejo. Por eso no es tanto enredarnos en términos filosóficos y teológicos, ni doctrinas y ritos.
Lo importante es entrar en el CAMINO de JESÚS, su imitación, su mensaje, su proyecto de vida. Como pensó, hablo, actuó...“enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado”. ¿QUÉ NOS MANDÓ?. Ser fieles a SU ESTILO DE VIDA. No me parece que lo sea vivir en aquellos palacios y estilo de vida sofisticada que solemos tener los CONSAGRADOS. En la historia de la Iglesia hemos dejado de ser ejemplo de vida de lo que Jesús “nos mando”. Un Dios que es Padre de todos y abrazo a ‘todo el hombre’, sin diferencias.
“Jesús, Maestro de Vida, Tu has llevado nuestra naturaleza a la Casa del Padre, ayúdanos a centralizar nuestras vidas en el Camino que conduce a la verdadera felicidad y perfección del hombre en Dios”.
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