sábado, 23 de septiembre de 2023

“¿PORQUE TOMAS A MAL QUE YO SEA BUENO?”.

Domingo XXV. durante el año. (Mt. 20, 1-16)
 Jesús, con una visión profunda de la naturaleza, saca de ella los temas para su enseñanza. El Evangelio de Mateo nos recuerda aquel lugar de viñas, pone el ejemplo de los jornaleros que esperan ser contratados. Con el sacrificio del TRABAJO DIARIO recibían lo justo para vivir la jornada. El Dueño de la viña sale en distintos horarios y ve gente sin ser contratada y los llama. Al final de la jornada les da igual pago a unos por el contrato y a otros por su bondad, sabia que lo necesitaban para comer ese día.
 La BONDAD no es aceptar el mal ni la injusticia sino que viene a sanear la división, las grietas, o situaciones que pueden llevar a satisfacer las necesidades básicas por el camino de la violencia. No es aceptar el robo, matar o la corrupción como el camino fácil para vivir. Necesitamos una educación que lleve a valorar el trabajo y ganarse el pan de cada día con el sudor de la frente, como entendíamos antes. Tampoco es dar subsidios y otras ayudas sin dar el trabajo diario de forma permanente. Pueden tomarse como salidas momentáneas, porque los sacrificios caen sobre los trabajadores y sus recursos desviándolos hacia aquellos que terminan siendo clientelismo político. 
 Hay que despertar y valorar la disponibilidad al trabajo para vivir. Aquella gente, que el dueño de la viña llama, dice el evangelio: “que nadie los contrataba”, estaban dispuesto a realizarlo. Siempre hubo pobres y Jesús dijo que siempre los tendremos, encontramos pobres con dignidad que desean ganarse la jornada y que nunca se les ocurriría tocar lo ajeno, ni tomarlo como propio. Hay ricos que también han ganado con honestidad lo que poseen, el dueño de la viña nos lo representa, con buen pasar y generoso. Conociendo las necesidades del trabajador fue bondadoso y les dio lo que necesitaban para vivir. Jesús se ve también reflejado con el Dueño de la Viña. El pobre no puede ser tomado como rehén, dependiendo del gobernante de turno, el cual no se animaría dejarlo de votar por miedo de perder el privilegio del subsidio o del beneficio que recibe. 
 En todos el Padre Creador ha depositado dones, talentos, cualidades que deben ser utilizados en el bien propio y el bien común. Recordemos la parábola de los talentos.… a todos se nos pedirá cuenta del buen uso. La Bondad de Dios no justifica la pereza.
 Nos recuerda cuando nos manda amar aun al enemigo a semejanza del Padre Celestial “… porque El hace salir el sol sobre malos y buenos y caer la lluvia sobre justos e injustos” (Mt. 5,45). 
 ¿En que Dios creemos? El hombre en toda su historia ha elaborado ideas y figuras sobre Dios. Un Dios a imagen y semejanza del hombre y no el hombre a imagen y semejanza de Dios. Un Dios que se lo ha identificado con la Sabiduría, Poder, Creador, Justiciero, Poderoso, Inmenso, Infinito, Inmaculado... Como siempre al describir algo no conocido lo hacemos relacionándolo con lo conocido, así decimos que Dios nos ve y no tiene ojos, nos habla y no tiene lengua ni tampoco nos escucha con orejas… no necesita de lo humano para tener esas cualidades, así también cuando decimos que hay vida extraterrestre los dibujamos con ojos, orejas, boca… imágenes que se desarrollaron en la tierra. Hay otro modo de ser y tener vida, aunque no lo hemos experimentado. Dios se reveló al hombre en un lenguaje y figura que pueda entender su existencia y quedó humanado en Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, un misterio que nos supera. El es la expresión de las cualidades y deseos del Creador para con el hombre y la creación entera, El es la expresión humanada de Su Bondad, volvamos a El como Maestro de Vida y Bondad.
 “Dios, Padre Bondadoso, haznos instrumentos de Tu Bondad superando las divisiones y grietas que ocasionan el odio, orgullo, vanidad, soberbia, egoísmo y violencia, edificando un mundo mas justo y hermanado”.


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