Domingo de la Presentación del Señor (Lc. 2,22-23).
A los 8 días del nacimiento el niño varón debía ser circuncidado, signo del deseo de fertilidad y alianza con Dios, allí le pusieron el nombre de Jesús. Luego pasado los días y llegado "el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor". primera reflexión; la docilidad de José y María a las leyes religiosas de aquel tiempo. Aunque Dios no se ata a leyes humanas se adapta a cada época y sus reglas o normas para luego superarlas, progresando en la edificación de su Reino. El peligro sería depositar en ellos el camino único de salvación. San Pablo tuvo que enfrentarse con aquellos que exigían la circuncisión para entrar en el Camino de Jesús: "ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino únicamente LA FE QUE OPERA POR LA CARIDAD" (Gal,. 5,6). ¡Cuánto cuesta superar costumbres humanas! donde signos han perdido actualidad para expresar una realidad que supera el tiempo y las barreras culturales. Atados a la necesidad de una acción material, circuncidar al niño, pierden la libertad de espíritu y limitan a Dios en su actuar en el mundo para el bien de todos los hombres. La universalidad de su mensaje. Hoy también vemos a muchos fieles, alimentados también por consagrados, atarse a signos, vestimenta, gestos, idioma y ritos determinados, haciendo pesado e insoportable el seguimiento con sencillez y alegría el Camino de Jesús. Dándole mas importancia a ello que la "fe que opera por la caridad". Otra visión superada es la misma dignidad y feminidad de la mujer que necesitó dos mil años para entenderlo. Culturalmente la mujer tenía una dependencia total al varón, ni podía elegir a quien amar, hasta ser cambiada por una deuda y vivía enclaustrada en el hogar. Era repudiada y apedreada si se la encontraba con otro varón. Dentro de la visión cultural se la consideraba impura cuando tenía, debido a sus etapas biológicas, derrame sanguíneo, tiempo en que el varón no podía tener relación sexual con ella. Lo mismo pasaba cuando la mujer daba a luz un hijo o hija; la placenta y su derrame era considerada como impura, ademas de la imposibilidad de tener relación sexual por un tiempo prolongado debía purificarse. María, después de la natividad, fue al Templo para purificarse, según las leyes religiosas. ¡Ella la Inmaculada! La peregrinación de Nazaret a Jerusalén para purificarse también cumplía el requisito de "la presentación del niño", varón primogénito y ser rescatado por una ofrenda que según la posibilidad económica era desde una paloma a un novillo. José y María presentan una paloma como rescate, manifestando ser una familia pobre. La Presentación y rescate del primer hijo varón recordaba la época en Egipto y la muerte de los hijos primogénitos. Ante los dinteles de las puertas marcados con sangre el ángel exterminador pasaba de largo, allí no morían, sera la Pascua. El primogénito del Faraón muere y con ello la prolongación del reinado. Les permite partir al desierto. El niño primogénito hebreo debía ser rescatado con una ofrenda a Dios. José y María presentan al Niño Jesús en el Templo de Jerusalén. Allí vendían lo necesario para la ofrenda, con el tiempo se convertiría en un mercado que Jesús reprimió a latigazos, expulsando los mercaderes y liberando las palomas. ¡Cuantas veces nuestras parroquias por necesidades económicas realizan ferias para recaudar fondos para el mantenimiento y obras de caridad, sanas y necesarias, que se convierten luego en beneficios de particulares! También debemos reflexionar y entender que ya en esta época no se entiende de sacrificios, menos humanos. Dios no necesita de ellos, era el entender de ese tiempo el modo de reparar la ofensa a Dios, una expresión de cambio de actitud o mostrar la debilidad y expresión de sujeción. A Dios no se le agrada por ofrendas que no suman nada a su bondad y perfección, "prefiero misericordia a sacrificios ". A Dios no se lo "compra" con ofrendas sino con un corazón puro y sencillo, buscando que se "haga su Voluntad en la tierra como en el Cielo"."Padre Nuestro derrama tu Gracia para poder realizar las obras que te agradan, sana nuestras heridas y haznos solidarios con nuestros hermanos, sobre todo los mas necesitados"
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