domingo, 21 de junio de 2020

”NO TENGAN MIEDO …”

Domingo XII del Tiempo Ordinario. (Mt. 10, 26-33)
En varias oportunidades Jesús tuvo que alentar a los Apóstoles ante las revelaciones que les realizaba, que traerían persecución e incomprensión hasta el martirio, entregar la vida por el mensaje que les daba. Hoy insiste en NO TENER MIEDO, valemos mas que los pájaros del cielo. El Padre Celestial sabe lo que necesitamos, que estamos hechos de barro, frágiles, inconstantes, cortos para darnos a entender. No sabían ni se imaginaban como iban a enfrentarse contra el modo de pensar y guiarse en el mundo en que vivían. El Imperio Romano y las Autoridades Religiosas Judías imponían un modo de pensar y comportarse de sometimiento, con el castigo correspondiente al no realizarlo. 
El miedo al castigo por la condena o ante la conciencia presionada por sus faltas, por la ruptura de las Normas dadas, terminaban obnubilando la mente y anulando la acción de los discípulos, actuarían no por convencimiento del bien  en realizarlas sino en un sometimiento temeroso. Estaba en sus mentes recuerdos de crucifixión, flagelación, cárcel, condena lapidaria, hogueras y otras tantas crueldades que se han dado en la historia humana, tanto política como religiosa. Ante la mirada atenta del látigo o la cara fruncida y temerosa los niños se portan bien pero por temor, pasado este rompen la regla dada. Me trae el recuerdo del un obispo que deseando corregir a un sacerdote, que desilusionado de la Institución sintiéndose utilizado como material de descarte y terminando enamorado, le envía un decreto con la intimidación hasta comunicarle que “peligra tu salvación eterna”. Estos son los modos caducos de convencer y horrorosos del uso de la autoridad. Menos mal que Dios conoce lo profundo de cada corazón y Jesús nos pide no juzgar para no ser juzgado y condenado con la misma medida. 
El Maestro les dice que no deben temer a los hombres que matan el cuerpo pero NO A LOS IDEALES, no pueden matar la riqueza del mensaje que El les trasmitía, escuchado en la oscuridad o dado a pleno día. Este quedará a luz: EL PROYECTO DE VIDA PARA LA CONVIVENCIA pacifica y justa entre los hombres. Las Palabras de Jesús revelando un Dios, Padre Misericordioso, Padre de todos, formando una gran familia humana. Creados por un Amor puro y generoso, que ama como somos, deseando un mundo armonioso. Su cercanía con el pecador, enfermo, preso, discriminado y condenado por una sociedad inhumana, reveló que no vino a condenar sino a salvar, mostrándose como el Camino al Padre, que es Camino de Felicidad, de Paz y Vida. 
“Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo”. Reconocerlo no es tener un conocimiento intelectual del mismo sino una VIDA DE RELACIÓN E IMITACIÓN. Dios Padre verá en cada uno de nosotros a su propio Hijo cuando tengamos un solo corazón con El. Eso es tener un reconocimiento ante el Padre, no cumplirlo será ser rechazado, porque no reconocerá la presencia de su Hijo en cada uno. Jesús, como el Nuevo Adán, es el modelo que el Creador desea del hombre, en lo que hubiera sido en el Paraíso... hoy Redimido. Por eso reconocerlo ante el Padre es ser un nuevo hombre. No detenernos en una simple adoración del Dios hecho Hombre, sino en un cumplimiento sereno y gozoso del Plan Redentor.
“Jesús, Maestro y Modelo del Plan Creador y Redentor, ayúdanos a edificar una humanidad justa y gozosa, llevando adelante la Misión de Tu Redención”.

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