sábado, 13 de junio de 2020

”YO SOY EL PAN DE VIDA”.

Domingo. Cuerpo y Sangre de Jesús.(Jn. 6,51-58).
Después que Jesús dio de comer a la multiplicación del pan multiplicado, lo buscaban hasta encontrarlo en la orilla del lago Tiberiades, en Cafarnaúm. El Maestro les reprocha que solo se acercan a El porque les dio de comer hasta saciarse y no por las enseñanzas que revelaba en esos signos. Les ofrece otra comida, un PAN DE VIDA, alimentarse de él saciaría para siempre y daría Vida Eterna. Ante esa propuesta despertaron el deseo de poseerlo como la Samaritana, en el pozo de Jacob, ante la oferta del AGUA VIVA, que también daría una saciedad perenne. 
Jesús pasa progresivamente del pan de cada día, que alimenta y sacia el hambre corporal, a una saciedad espiritual que siempre esta insatisfecha. Cuando le piden ese Pan, Jesús les responde “Yo soy el Pan de Vida. El que viene a mí jamás tenderá hambre, el que cree en mí jamás tendrá sed”. El Maestro ante la inquietud y cuestionamiento del pueblo, no desvía la solicitud sino que acentúa con mas firmeza la necesidad de comer ese pan. Pasara a identificar ese pan con su propio Cuerpo y Sangre. MAS ESCÁNDALO, el judío no concebía comer carne humana y menos de sangre, donde creían estar presente la vida .
Jesús acentúa la necesidad de alimentarse de Él: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y lo resucitare en el ultimo día …. Permanece en mí y yo en el ...vivirá por mí  ..vivirá eternamente”. Llama a un alimento que une, una unidad que lleva a la identificación, de dos hacer uno. El Maestro llama a la COMUNIÓN con El. Hacerse uno, identificarse con El, prolongar su presencia entre los hombres. Decimos que lo más asume lo menos ...en la COMUNIÓN con su Cuerpo y Sangre es no hacer ese Pan una parte de nuestro cuerpo sino, por el contrario, nosotros somos asimilados en El. Estar en comunión con Jesús, es estar en El, asumir su mensaje, su proyecto, sus enseñanzas. No es buscar una identificación corporal, como algunos buscan vestirse de una manera o con el pelo largo y barba, despertando palabras de ‘se parece a Jesús’. Parecerse a Jesús es vivir el mensaje de vida que El trasmitió, su proyecto, que no es otro que la del Padre Celestial, el de la misma creación, un volver a Jesús es también un volver al ideal primigenio del Padre Creador. La ARMONÍA ORIGINAL. 
Comulgar con El es pensar, hablar, actuar como El lo haría en nuestro lugar, prolongarlo en el tiempo y espacio. Estar en comunión con Jesús no es necesariamente estarlo con una Institución, Grupo, Congregación, Secta, Movimiento Religioso; como estar en comunión con estas no es necesariamente estarlo con Jesús. Volver a Jesús es acercarlos para que realmente sean una comunión tan plena con El, que se pueda decir que sean lo mismo. ¡Cuantas guerras religiosas y cada uno en nombre de Jesús y la defensa a un modo de entenderlo!. Se elaboraron doctrinas, condenas mutuas, excomuniones …. ritos litúrgicos para vivir la Mesa del Señor y ¡que lejos estaría El de lo nuestro!. Seria muy duro que al final, en nuestro encuentro definitivo, nos diga “no los conozco”, aunque hayamos predicado en su nombre.
“Señor Jesús danos ese Pan de Vida que nos une a Ti y en Ti con nuestros hermanos. En comunión contigo cambiemos este mundo para que sea mas humana y feliz, edificando la Armonía original”.

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