Jueves Santo: (Jn. 13,1-15).
En este día Jesús se reunió con los Discípulos para celebrar la Pascua Judía. Dejando de lado las costumbres… saliendo de las normas litúrgicas de las Pascuas Judías… Instituyó la Eucaristía como su Presencia Misteriosa en el Pan Consagrado. El asombro de los Discípulos era cada vez mas grande, atentos a los gestos y palabas del Maestro. Tomar el pan ázimo y pronunciar esas palabras : “Esto es mi Cuerpo…” y el cáliz: “esta es mi Sangre…” eran palabras con un sentido muy fuerte para aceptarlas. El Judío entendía que la sangre era la vida de cada uno (comen la carne desangrada) y comer carne humana era detestable, sonaba a canibalismo… Así lo entendieron los oyentes a sus palabas cuando dijo (capitulo 6,51b):” y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo… si no comen mi carne y beben mi sangre no tienen Vida eterna…. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida…” “(60):“después de oírlo, muchos de sus discípulos decían:’ ¡Es duro este lenguaje! ¿quien puede escucharlo?…”.
Pero también lo que nos trae en el relato Evangélico Juan: EL LAVADO DE LOS PIES, el espíritu de servicio que debe tener su seguidor. EL MAYOR QUE SIRVA AL MENOR (gran enseñanza del Espíritu Scout: el mayor protege al menor y lo manifiestan en la posición de sus dedos: el pulgar unido al menique), La superioridad intelectual, capacidad de trabajo, cualidades personales... no es para aprovecharse del menor sino un servicio. ¡Cómo cambiaría el mundo si los dirigentes políticos, empresariales y sindicalistas fueran SEGUIDORES DE JESÚS!. No de palabras bien preparadas y con una pronunciación estudiada, que mueven multitudes pero vacías, sin ejemplo de vida. Hoy es tiempo de MODELOS DE VIDA, mas que de palabras. El fundador del Escultismo (Baden Powell) decía: “EL QUE NO VIVE PARA SERVIR NO SIRVE PARA VIVIR”, palabras que me escucharán repetirlas con frecuencia.
“Durante la Cena …. Se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura… luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los Discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura”.
El lavado de los pies era un servicio humilde (realizado por la servidumbre o el esclavo) que se realizaba al peregrino que después de un viaje largo, por los caminos de tierra unido al cansancio tenían los pies hinchados y sucios. La servidumbre tenía preparado una fuente con agua y lavando los pies aliviaba el peso del viaje. Jesús se ofrece realizar ese servicio. Es razonable la reacción de Pedro que no deseaba ser lavado por El, sino por el contrario él le lavaría a su Maestro. La respuesta de Jesús fue: “No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás….. Si Yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte”.
“Señor Jesús, Maestro de Vida, ayúdanos a entender que la alegría está mas en servir a los demás que el ser servido”.
Amén
ResponderBorrarAmén. Excelente enseñanza nos deja el Señor de señores
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