XXII° Domingo Durante el Año. (Mc. 7,1-8,14-15,21-23). .
El Evangelio de este domingo nos relata uno de los tantos encuentros de Jesús con los Fariseos, donde se planteaban cuestiones de comportamientos exagerados frente a la libertad de conducta de Sus Discípulos. El Maestro resalta donde se encuentra y surge el valor verdadero de las acciones: DEL INTERIOR DEL CORAZÓN.
Estamos acostumbrados a enjuiciar y condenar viendo a los demás obrar contrariamente a nuestro pensar, sin conocer la intención mas profunda que lo llevó a realizarlo. Desde su interior nace las intenciones, que solo Dios y la persona conocen en profundidad y certeza. Las apariencias engañan y podemos enjuiciar con presteza. Pasando a ser jueces de los demás sin tener en cuenta las intenciones profundas.
Por otra parte nuestras acciones están condicionadas por nuestra formación, cultura y hábitos, que nos llevan a realizarlos de una manera y no de otra. Este condicionamiento también provoca una escrupulosidad y rigidez en realizarlas y, cuando los demás no la realizan igual, nos resulta mal hechas trayendo consecuencias peligrosas y nefastas.
En nuestro tiempo se habla y se conoce mucho sobre una conducta exagerada y ritualista identificada como TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Si nos guiamos por los profesionales del tema, ellos nos dicen que: “Tener trastorno obsesivo-compulsivo significa tener obsesiones, compulsiones o ambas cosas. Ejemplos de comportamientos obsesivos o compulsivos incluyen los siguientes: Tener pensamientos, impulsos o imágenes mentales no deseados que ocurren una y otra vez y que causan ansiedad o angustia... Las personas con TOC sienten la necesidad imperiosa de hacer ciertas cosas de manera reiterada ("rituales" o "compulsiones") para eliminar los pensamientos atemorizantes, protegerse contra algo temido o asegurarse totalmente de que las cosas estén seguras, limpias o correctas de alguna manera”.
Existen diversos tipos de TOC, que pueden condicionar nuestro comportamiento humano y ritual; algunos de ellos nos viene bien para la reflexión:. “Contaminación. Se trata de un tipo que puede hacer referencia a la obsesión por la limpieza o por la higiene personal. En estos casos, las personas que lo padecen piensan que ellas o su entorno está contaminado (obsesión) y se limpian o limpian constantemente (compulsión) para eliminar la suciedad.
Repetición. Piensan que si no hacen determinado número de cosas algo malo pasará. Por ejemplo, piensan que si no dicen 3 veces la palabra “cielo” le pasará algo malo a un familiar cercano (obsesión), por lo tanto, repiten la palabra (compulsión) para que algo malo no ocurra. ¿Podríamos poner en este grupo las cadenas de oración? cuando nos atan rigurosamente y si se cortan...Temor a...
Verificación. Estas personas tienen que comprobar todo el rato que han hecho las cosas bien porque sino piensan que algo malo pasará. ¿Qué decir del cumplimiento de las normas litúrgicas?
Orden. Utilizan reglas y pautas para ordenar todo lo que tienen porque sino piensan que pasará algo malo.” . Siempre presente el mal, el castigo… el infierno merecido a los que realizan las obras distintas...
Los judíos: “no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo las tradiciones de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce…”. Pero si este comportamiento lo llevamos a nuestra actualidad nos asombraremos de que dentro de ellos podríamos encontrarnos afectados. ¿Cuántos católicos se pueden encontrar identificados con los Fariseos o los afectados por el TOC?. Si ellos cuestionaban al Maestro del comportamiento de los Discípulos ¿Cuántos cuestionamientos escuchamos hoy día y planteamos los mismos como una traición a Cristo? Cuando en realidad estamos poniendo en duda la buena intención de los que la realizan de manera distinta. Por resaltar, los judíos lo puro de lo impuro terminaron en esas escrupulosidades, nadie puede pensar por mala intensión sino por exageración, llevándolos a condicionar y llenar de temores sus rituales. Hoy católicos que cuestionan comulgar de una manera o de otra, en la mano...de rodillas… el ritual en latín o lengua vernácula… los dedos puestos de una manera o de otra… los gestos ritualistas durante la Santa Misa… que condicionan y enjuician a los que tienen mayor libertad y adaptación a otras culturas.
“Maestro, enséñanos a tener la libertad de los hijos de Dios, para realizar las acciones surgidas desde un corazón puro, generoso y comprensivo; entendiendo y actuando desde Tu mirada”.