XXXI° Domingo Durante el Año. (Mc. 12,28-34).
Las enseñanzas de Jesús provocaban permanentes discusiones entre las distintas Escuelas Judías. Terminaba de enfrentarse con los Saduceos, que no creen en la resurrección ni en los ángeles; como sí lo creen los Fariseos. Un Escriba “que oyó discutir, al ver que les había respondió bien, se acercó y le preguntó….”. Ante tantas diferencias de pensamiento debe existir la capacidad del DIALOGO que nos lleva a un acuerdo y aceptación del otro. El fanatismo no puede aceptar la diferencia de pensamiento; se le hace imposible escuchar, entender los valores y la verdad que se le expone. Cuando se está frente a un discurso distinto, se busca encontrar un error y condenarlo o simplemente se esta preparando la refutación, como presentar los fundamentos de uno discurso distinto. Nos recuerda a las exposiciones políticas en sus distintos enfrentamientos, que para ganar sus puntos de vista y, no encontrando una incoherencia en el discurso del adversario, buscan hasta ridiculizar, asumiendo caminos de desprestigio. No podríamos pensar fuera el método de Jesús como Maestro, sino la paciencia, tranquilidad y seguridad en su exposición, ello engrandece y fortalece la verdad de lo expuesto. Gana no el que hace callar por el camino del ridículo, gritos o palabras hirientes, sino el que sin perder la postura y serenidad consigue exponer y valer su mensaje.
¡¡Que difícil es conservar el dominio de sí mismo!! cuando nos quieren sacar del tema o desviarnos del tema llegando a incoherencias por la falta de concentración.
El Escriba le pregunta: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?”. Eran tantas las Normas y obligaciones que hacían una vida imposible de vivirla, llena de escrúpulos, actividades, gestos, acciones. Todas dándoles la misma importancia, ya no sabían cual era la primera y mas importante. Jesús no enseña algo distinto sino que pone orden y privilegio...lo demás son agregados, que terminan haciendo pesado y triste el CAMINO: la edificación de Su Reino.
Jesús pone el acento en una oración que todo judío reza al comenzar el día, el Shemá, que llamaba AMAR A DIOS con todo el ser. Cuando se ama a alguien se busca identificarse con él, hasta prolongarlo en la propia vida, se es un solo corazón, hay una plena identidad ...pensamiento y corazón. Amar a Dios CON TODO EL SER, es poner la mente y el corazón en el amado y por El hacer de la vida un espacio de encuentro, prolongación y expresión de aquel amor declarado. Cuando se ama no se mide las acciones y obras sino que estas últimas se realizan como ocasión y lugar de expresión, de manifestación; no como medida obligatoria sino que brotan del corazón que ama, necesita expresarse, darse a luz; hay libertad y gratitud en realizarlas.
Amar a alguien es también mirar y preocuparse de lo que esa persona ama y preocupa. Amar a Dios no puede estar separado de lo que Jesús agrega unido al de amar a Dios : “El segundo es;: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. La medida del amar al prójimo es el amor que uno se tiene y debe tenerse. Nadie se odia, ni debería minimizarse, desprestigiarse. La raíz es PORQUE DIOS TE AMA…. NOS AMA. Seria no agradar a Nuestro Creador, el nos amó primero, nos da vida y sentido para estar vivos. Debemos valorarnos como El lo desea, como lo tiene para con los demás también. Amar al prójimo debe estar cimentado en que Dios ES AMOR.
Aquí se revela el Ser de Dios. Ante tantas especulaciones de quien es El, como definirlo, Jesús nos lo identifica con AMOR. Muchas figuras , pinturas, se elaboraron para manifestar la presencia de Dios entre nosotros… pero ¿como pintar y poder dar una imagen de DIOS-AMOR?. ¿Cómo relacionarnos con El? Sin imagen ni figura?. ¿Quien podrá dibujar y materializar algo tan Espiritual y Sublime?. ¿Dime como amas? y ¡¡te diré cuanto amas!! tus obras serán la encarnación de esa imagen que buscas encontrar fuera de ti. No desatiendas lo que en tu corazón está amando y desea manifestarse… pero que sea un verdadero amar.
El Amor de Dios se manifestó en su HIJO, quien es la imagen y figura, sus MENSAJES y su CRUZ nos dan a conocer Su Amor hasta el fin. María es la figura femenina y delicada de un amor sensible, dulce, tierna, desinteresada.
“ Madre Nuestra, Tu eres la manifestación del Amor de Dios para con nosotros, No hay Amor mas grande que la de una MADRE para con sus hijos. No hay mejor imagen para darnos a entender como debemos amar para que el Reino de Tu Hijo sea una realidad”.