XXX° Domingo Durante el Año. (Mc. 10, 46-52).
Saliendo de Jericó Jesús se encuentra con un ciego mendigo. Nos deja el Evangelio quien era su padre: “ el hijo de Timeo –Bartimeo-”; posiblemente después del milagro entrarían a formar parte de los seguidores de Jesús: “En seguida comenzó a ver y lo siguió por el CAMINO”.
El relato evangélico nos dice que no le fue fácil al ciego Bartimeo, obtener la visión. Primero tenia que conocerlo de oído, alguien tenia que hablarle de Él y sus poderes milagrosos. Despertó de esta manera su confianza y su fe. Al escucharlo pasar por su vida, entendió que estaba cerca suyo y podía relacionarse con El. La falta de visión lo llevó a GRITAR para ser escuchado, superando los obstáculos y limitaciones personales.
¡¡Cuantas veces debemos elevar con insistencia nuestras oraciones!! Venciendo las reprensiones, insultos o mandatos de silencio. No le facilitaban relacionarse con El. Por el contrario :”Muchos lo reprendían para que se callara …”.Tratamos de superar las interferencias que tenemos para llegar a Dios: nuestra ignorancia, nuestra falta de fe, de alguien que nos hablara de Dios, quien nos enseñara a comunicarnos con El, la necesidad de silencio de tantas voces que condicionan y turban nuestra mirada y llenan de angustia el corazón con imposiciones y miedos. La inquietud de mente y corazón, como las necesidades en nuestra vida, nos lleva a sentirnos limitados, pobres, miramos a lo alto deseoso de que Alguien nos escuche y solucione nuestros problemas. Sin saber que estamos REZANDO, nuestra mente y corazón se están dirigiendo a Alguien, sin palabras ...es una mirada atenta y un corazón inquieto.
Cuantas veces nos dicen: “padre enséñanos a rezar”. Sin saber que ese corazón deseoso y necesitado, elevándose sin saber con Quien y cómo, dirigiéndose sin palabras, con un corazón angustiado (o en otro estado anímico) esperando de un Ser superior que lo ayude, ya ESTA REZANDO, orando, dialogando con Dios. GRITAR nos lleva a entender la necesidad de superar las interferencias, que pueden ser los distintos entendimientos, modos de ver y relacionarse con Dios: mezclando puntos de vista personales, imponiendo un estilo de oración. Nos quedamos tan atados a un maestro que perdemos la espontaneidad y modo personal de relacionarnos con los demás. Asumimos actitudes artificiales, muchas veces impuestas, aceptándolas como necesarias para que Dios nos escuche. Estamos y vivimos estructurados, encartonados, con posturas artificiales, gestos y expresiones no usuales.
Aunque pareciera que Dios no nos escucha, nos pone en situaciones heroicas de INSISTENCIA, perseverancia, repetir y repetir... Al corazón necesitado y angustiado le pareciera que Dios no existe, no reacciona ante la existencia del mal en el hombre. ESTÁ CALLADO ...pero no desatento ni ausente, esta presente y atento, vela por nuestras necesidades. Llegará el momento en que nos abra los ojos de la fe, mostrándonos el CAMINO a seguir, que no es siempre el que esperábamos.
Su presencia misteriosa va conduciendo paso a paso nuestro caminar. Santa Teresa del Niño Jesús, tenía tanta oscuridad del alma, que no veía salida a sus tentaciones. Encontró la fortaleza en la FE que la llevó a construir el CAMINO DE LA INFANCIA ESPIRITUAL. No es una niñería infantil sino una grandeza del alma que, al desconfiar en sí misma, se volcó totalmente a la providencia divina, atándose a la mano de Dios como lo fue con su padre terrenal. No veía … pero estaba mas segura que guiada por sí misma porque el Padre Celestial la guiaba en el CAMINO. El ciego llamaba a su Maestro y parecía que no lo escuchaba. “Muchos lo reprenden para que se callara, pero el gritaba mas fuerte”. Llegó el momento en que Jesús se interpone, entre aquellos que privaban se comuniquen con EL y el necesitado. Pide a sus Apóstoles, quienes imponían silencio: “LLAMENLO”… “Que quieres que haga por ti?. MAESTRO QUE YO PUEDA VER”. Vete, TU FE te ha salvado… comenzó a ver y lo siguió por el CAMINO”.
““¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mi!... Maestro, que yo pueda ver...” para seguirte por el CAMINO, edificando un mundo mas humano, justo y armonioso, según la Voluntad de Nuestro Padre Celestial”.
Q así sea
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