Ascensión del Señor. (Lc.24,46-53).
Después del encuentro con los discípulos de Emaús, Jesús Resucitado se aparece nuevamente a los Apóstoles. “Les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras…”.. “Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania…” y allí se despide para desaparecer de sus vistas.
Con las mentes confusas sin comprender mucho lo que estaba sucediendo: muerte del Maestro, ahora las distintas apariciones, comentarios, interpretaciones... Los discípulos de Emaús que tristes se dirigían a sus pagos, vuelven llenos de emoción y alegría… , los comentarios, las escuchas atentas y las interpretaciones… no faltaban… unos que serían imaginaciones... otros que estaban confusos por la tristeza... las mujeres ¿quien podría creerles?. Hasta que la experiencia personal abre los ojos a una realidad no conocida: UN MUERTO RESUCITA… aparece y desaparece estando cerradas las puertas, va de un lugar a otro sin ser visto ni tiempo trascurrido, una nueva realidad que supera las experiencias humanas.
Jesús los cita en el monte… desde allí se despide prometiéndoles no abandonarlos y dándoles la esperanza de una AYUDA: “Yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido”. No era un status de vida sofisticada, riquezas, salud, reconocimientos, honores, vida fácil… no… era persecución y muerte. Pero en esta oportunidad se refería al Espíritu Santo, necesario para entender y asumir las dificultades en la extensión del Reino de Dios, Reino de Paz, Amor, Justicia, Bondad, Esperanza, Vida, Felicidad, Gozo… todo lo BUENO que se pueda esperar, pero por los caminos distintos de los que ofrece el mundo.
Los hombres se creen bendecidos porque están llenos de riqueza y bienestar… pero continúan con el corazón vacio y ocultan la angustia con una vida apresurada, llena de actividades, ocupada la mente y el tiempo para no tener que pensar en el verdadero BIEN que le traería la PAZ.
Jesús antes de su partida los BENDICE … “elevando sus manos , los bendijo…”.
La BENDICIÓN era el movimiento desde Dios hacia el hombre bajando un beneficio (bene= bien; ficio= hacer); descenso de un bien: la vida recibida y asimilada; el hombre respondía con la acción de gracias. Jesús bendice a sus Apóstoles, bajando de su Padre un bien, Él mismo fue la bendición del Padre a los hombres, ahora Jesús los deja con Su bendición que será el mismo Espíritu, que descenderá sobre ellos. El Espíritu que actúa y lleva a edificar el Reino de Dios, la acción de su bendición traerá la VERDADERA Paz, la Vida, la Felicidad, la Comunión entre los hombres; el entendimiento entre las distintas culturas y formas de ser. Al pedir la bendición para alguien estamos elevando a Dios que descienda sobre ella los bienes mas sublimes que superará las ambiciones del hombre, será la plenitud de su presencia… QUE LA PAZ DEL SEÑOR DESCIENDA SOBRE TI...
“!QUE DESCIENDA, SOBRE TODOS USTEDES, LA BENDICIÓN DE DIOS TODOPODEROSO, DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO!”.