domingo, 8 de mayo de 2022

” MI PADRE QUE ME LAS HA DADO ES SUPERIOR A TODOS…”

IV. Dgo. de Pascua. Buen Pastor. (Jn. 10,27-30).
Continuando con el largo y profundo relato sobre la imagen del BUEN PASTOR, el Evangelista Juan, en estos versículos nos muestra la relación que existe entre el Pastor y su Rebaño. Con el rebaño su entrega es por cada una de las ovejas que la integran no pone privilegios en una contra la otra…  “Mis ovejas… Yo las conozco ….Yo les doy Vida Eterna…” a todas por igual.
La imagen del Buen Pastor nos presenta el estilo y modo de llevar adelante una Comunidad. Podemos ponernos frente a ella como poderosos, donde imponemos leyes y condenas o con una imagen mas allegada, cercana, afectiva, empática… La imagen que Jesús presenta a Dios como Padre nos lleva a un acercamiento, una dependencia confiada con El. Antes se presentaba a Dios como una imagen de un Rey Poderoso a quien se le miraba con soberana dependencia y caía la justica dura si no se obedecía. Las imágenes de gobierno, en la historia humana, fueron y son variadas y sirven para reflexionar y encontrar la diferencia, miremos a ellas desde el Mensaje de Jesús.
Esta relación entre Pastor y Rebaño, dentro de la misma Institución Iglesia, ha evolucionado. Con el tiempo el Pastor fue contagiándose con el estilo de los gobernantes del momento. El Obispo asumió la imagen como los reyes, con poderes semejante a los imperios reinantes. 
Si bien los  Gobiernos del mundo mejoraron, por la participación de los ciudadanos con la elección de sus gobernantes, dentro de la Institución todavía conservan el alejamiento de los Pastores con su Rebaño. Nueva y renovada imagen necesitamos para estos tiempos. 
La imagen de los Pastores conservan una imagen autoritaria y poco empática con los súbditos y consagrados. Pierden la imagen del Buen Pastor asumiendo la de un gobernante atado a las leyes eclesiásticas: cuidar la disciplina, la moral, la verdadera doctrina...y mantener la autoridad sin empatía. Pierden la imagen del Buen Pastor y Padre de una Comunidad como de sus Consagrados. 
Si bien encontramos buena literatura, manuales dogmáticas para edificar una hermandad presbiteral, ella no existe en la realidad. El Obispo se lo ve alejado y mirado como extraño, como alguien de paso, cuando en realidad es el Padre y Pastor de la Diócesis, su anillo indica su desposorio con ese lugar territorial, con esa Comunidad y su báculo la obligación del pastoreo. El desposorio es una imagen nueva, el obispo debería ser el Padre, Pastor y Esposo de esa Comunidad, hasta dar la vida por ella.
La relación con un Dios Soberano y lejano, resulta un trato con temor, miedo; una reverencia apoyada en una autoridad que hay que obedecer fríamente, una docilidad que no se cuestiona creando una relación fría, lejana, sin sentimientos ni empatía, se obedece o se castiga, premio y castigo. Los mismos Reyes, gobernaban con una autoridad divina, llegaban a tener hasta el poder de decidir sobre la vida de sus súbditos o castigarlos severamente por capricho. Los súbditos daban la vida por sus superiores, sus vidas no valían, época de los esclavos. Dios era un Rey y el hombre un esclavo. 
Jesús presenta a Dios con una relación afectiva, es un Padre Misericordioso, nos lo recuerdo en la parábola del hijo pródigo. En el Evangelio nos lo presenta como Quien le dio el Rebaño y su custodia “Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre”.
En aquel entonces se heredaba los bienes patrimoniales, las viñas… los rebaños…los campos. Era el futuro, sustento de las generaciones, de las familias y se las cuidaba con la vida ... Jesús toma esa imagen, el Padre le trasmite sus bienes: el HOMBRE. Él debe protegerlos, guiarlos, darles buen alimento y defenderlos contra los lobos rapaces. Daban la vida por sus bienes... por su rebaño… Jesús Buen Pastor, dio la vida por su rebaño. Existía una relación muy fuerte entre Pastor y Rebaño; “escuchan mi voz… ellas me siguen… ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatara de mis manos”.
Las ovejas abren sus oídos a la Buena Nueva movidos por el estilo como se las presentan como también el tono y autoridad de quien las predica. Un Padre y Pastor no lo es por tener el titulo sino por ganar el corazón de sus súbditos. Escucharan su voz y lo seguirán…
“BUEN PASTOR, queremos escuchar Tu voz, Tu mensaje lleno de misericordia y comprensión. Seguir Tu ejemplo de vida, mirando a los demás como hermanos, teniendo un mismo Padre y compartiendo el pan de cada día, edificando un mundo mejor y cuidando nuestra Casa Común”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario