sábado, 20 de agosto de 2022

“¡APARTENSE DE MI TODOS LOS QUE HACEN EL MAL!”.

XXI° Domingo Durante el Año. (Lc. 13; 22-30). 
Jesús recorría las ciudades y pueblos, enseñando… muchos lo escuchaban con atención, una doctrina fácil de entender porque era ‘vida’ y no doctrina abstracta, especulativa…  solo para estudiosos. Pero aun así entre los que escuchaban su Estilo de Vida, habían especulativos, que no veían la belleza, bondad y verdad de su contenido, especulaban cuanto de todo ello podían asumirlo para salvarse… SOLO SALVARSE y no aprender a vivir bien, lo mejor … sino lo menos.
Hay muchos estudiantes que dedican su tiempo y lo realizan con vocación, deseando aprender y seguir una profesión especial. Pero otros solo desean el TITULO, sin importar como llegar a ello. Ante la crisis, cae también la educación. Hoy escuchamos que los Maestros no pueden aplazar a un estudiante, tienen la obligación de hacerlo pasar. Los estudiantes especulan con eso… o vemos que se ‘copian’ en una materia o examen… pasando los cursos sin saber sino con picardía. Por supuesto que esto tiene su problema …. ¿quien se pondría en manos de un cirujano que adquirió su titulo comprándolo o adquiriéndolo sin estudiar?.
“Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”.
El que vive pensando cómo salvarse y no cómo ser mejor persona, cómo edificar un mundo mejor… desea lo mínimo… SOLO… Son aquellos que desean recibir mucho pero dando mezquinamente. Recibir mucho sin esfuerzo y dar lo indispensable, si exigencias ni entrega.  Hoy todos los días tenemos manifestaciones exigiendo al Gobierno mejoras salariales, sin trabajar… vivir de subsidios o pensiones... sin aportar nada de sus talentos.
“¡Apártense de Mí todos los que hacen el mal!”.
Hacer el mal no solo es realizar acciones malas sino también dejar de realizar lo que por profesión, cargo jerárquico, misión en la vida, se deja de realizar, la acidia, pereza, vagancia… Lleva a dejar un vacio de obras infecundas que terminan en malas acciones, como el policía que no cuida al ciudadano, el político que no gobierna, el médico que no sana … sigamos la línea poniéndonos en una de ellas, todo aquello que no realizamos, teniendo la obligación y conociendo como realizarla.
“Hemos comido y bebido contigo, y Tu enseñaste en nuestras plazas”. Tener una relación cercana no SALVA sino que conlleva una mayor responsabilidad en su misión. Tener la posibilidad de estudiar y realizar obras para el bien de una Comunidad le debe mayor compromiso y tendrá que rendir mas severamente su accionar. Aquellos que están en puestos jerárquicos, tendrán que rendir mas. Muchos a la función jerárquica la consideran como un privilegio y lugar de poder, que se les rinda obediencia, sujeción, respeto… sin darse cuenta que toda acción jerárquica requiere una formación y dedicación mayor, exigiendo una cualidad y capacidad también especial, mayor generosidad: “al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho mas” (Lc.12,48b) ”.
“...vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios”.
Cuando pensamos que por ser cristianos, conocer a Jesús y su Mensaje... cuando somos predicadores e interpretes del Mensaje... cuando hemos escuchado, predicado, estando cerca del Maestro somos salvos… Jesús nos dice “no los conozco…no se de donde son”. Palabras duras que  nos lleva a pensar que si bien somos privilegiados en conocerlo no nos salva… vendrán de otras latitudes, con otras culturas, puntos de vista sobre la vida y la perfección, pero con un corazón convencido, de lo conocido y vivido  serán SALVO. El pensamiento de Jesús es universal, capaz de ser conocido y vivido en distintas culturas. 
“Maestro… que Tu enseñanza nos de la alegría de conocer la Verdad y el Bien de Tu Mensaje. Fortalece nuestra voluntad para adquirir la generosidad en la entrega y trabajar, como Discípulos Misioneros, en la edificar del Reino de Dios.”.


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