IV° Domingo de Cuaresma. (Jn.9,1-41).
En su CAMINAR Jesús se encuentra con un ciego de nacimiento, “Sus discípulos le preguntan: Maestro, ¿Quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?”.
La enfermedad se la consideraba un mal que revelaba una situación interior: el pecado. Para la curación solían dirigirse al sacerdote, por considerarla un mal que reflejaba su estado de pecado y necesitaba ser liberado, ya por una oración de exorcismo (considerándola como un actuar del Maligno en él) o una ofrenda reparadora (considerando una ofensa grave contra Dios). No existía la medicina, sino tan solo medicamentos sencillos.
Jesús al realizar las curaciones a los enfermos, leprosos, paralíticos … ciegos, estaba, a la vez, dando a conocer que liberaba del pecado. Venia a curar y sanear la relación del hombre con Su Creador.
Jesús unge con el barro usando su saliva y lo envía a lavarse a la piscina de Siloé, “que significa ENVIADO”. Se da a conocer: “Mientras estoy en el mundo, Soy la LUZ el mundo”.
JESÚS ES LA LUZ DEL MUNDO.
Ser LUZ es mas que tener la capacidad de ver, entender y poder manejarse con entendimiento, rectitud y obrar bien…ÉL ES LA FUENTE, donde mana toda obra buena y donde se debe recurrir para hacer el bien.
El no querer entender el bien para obrar es estar ciego. Jesús reprime a los fariseos que lo acusaban por curar en sábado, como venido del maligno y por lo mismo ser un pecador. Valía mas el sábado, que debería cumplirse el descanso, que el signo de curación como venido de Dios. Por un lado consideraban el mal venido del maligno y su liberación como liberación del pecado… pero… al realizarlo en sábado, era venido del Maligno y no de Dios.
Las posturas extremistas, donde se valora mas los pequeños detalles en nuestras actuaciones religiosas, dándoles un valor sobrecargado, terminan desplazando lo esencia y ridiculizan lo sagrado. Los fariseos acentuaban tanto la importancia del sábado que no deberían realizar ninguna acción, ni por buena que fuera: la curación de un ciego de nacimiento. En nuestra actualidad también hay actitudes tan cerradas, sobrevalorando pequeñeces rituales, gestos, devociones, hasta escrupulosamente realizadas, que si no se cumplen se consideran pecaminosas, atando hasta la posibilidad de realizar un bien con el prójimo… son ciegos que conducen a otros ciegos.
El Evangelista Mateo (Mt.8,16). Da a entender que Jesús diferencia el mal procedente del Maligno y la de la enfermedad:”El expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos los enfermos”.
Jesús al ver esta actitud de los fariseos los considera como ciegos aun cuando se consideraban no serlo: “Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen: ‘Vemos’, su pecado permanece”.
Ante este mundo caótico, donde la ceguera del hombre, lleno de orgullo, maldad, avaricia... lleva a la guerra fratricida entre Pueblos hermanados que comparten la sangre … Jesús les anuncia: YO SOY LA LUZ DEL MUNDO… sus mensajes sobre los bienes terrenos deberían unir y no dividir… las guerras fratricidas acaban injustamente con la edificación de un mundo guiados por la LUZ DEL MUNDO. ¡Cuando dolor ocasiona el conocer que de ambos lados encontramos lazos de sangre, llevados a la guerra! . Sabiendo que la guerra no lleva a una paz justa, con muertes de inocentes, destrucción y siembra de odios, rencores.. actitudes que provocan la ceguera en las decisiones.
“Señor Jesús, LUZ DEL MUNDO, abre nuestras mentes para obrar con rectitud y superar las pequeñas divisiones que obstaculizan la Misión en la edificación de un mundo mejor”.
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