domingo, 21 de julio de 2024

“AQUÍ HAY UN NIÑO QUE TIENE CINCO PANES DE CEBADA Y DOS PESCADOS…”.

 


XVII Durante el año. (Jn. 6,1-15).
A la vuelta de la misión, Jesús lleva a los Apóstoles, retirarse solos a descansar. La multitud se adelantó por tierra, llegando antes a la otra orilla. El Maestro, no los abandonó, les siguió enseñando el PROYECTO del PADRE para un mundo mas humano, justo y armonioso; en esta ocasión despertando la GENEROSIDAD Y AUSTERIDAD. La gente entusiasmada por seguirlo y aprender sus enseñanzas, muchos no pensaban en su necesidades. Llegó la tarde… momentos de alimentarse y la multitud seguía allí. Jesús mira a sus Apóstoles y les dice que les den de comer… solo en un niño encuentran quien abrió sus brazos con generosidad, ofreciendo todo lo que tenia “cinco panes...y dos pescados”. 
Podríamos pensar que muchos tenían alimento guardados para ellos solos. Cuantas veces miramos nuestra necesidad y la cubrimos con demasía, almacenando de mas y desperdiciando alimento. Hasta con picardía escondemos lo que tenemos, comiendo a escondidas para que no nos pidan. Al ver la generosidad de alguien nos pone en evidencia y, hasta con cierta vergüenza, abrimos nuestra ‘mochila’, ofreciendo lo nuestro. Sumando a lo dado por otros, terminamos satisfaciendo las necesidades de todos. El BIEN y LA BONDAD también es contagiosa. La buena imagen, conducta y ofrenda hecha sin ostentación ni propaganda, resulta ser imitadora llevando abrir mas corazones a las necesidades de todos. Constatamos, en nuestro tiempo, el despertar y actuar de tanta gente cubriendo las necesidades urgentes de muchos hermanos. Se despierta la generosidad cuando se dan a conocer a través de los Medios de Comunicación Social: comedores barriales … aquellos que han sufrido un robo de su material de trabajo… casas destruidas por incendios u otra catástrofe... La gente tiene empatía y es generosa cuando ven necesidades concretas y trasparencia en su manejo. 
Jesús no da a conocer directamente el milagro que realizaría, sino que busca despertar en sus oyentes, lo que brotaría de su corazones, como solucionar el problema. Los Apóstoles piden al Maestro que despida a su seguidores porque se venia la tarde y no podrían llegar a las pueblos cercanos para abastecerse. En el “denle ustedes de comer” Jesús plantea una necesidad urgente, despertar la empatía y como seriamos capaces de solucionarla ‘YA’. No pasar el problema para mas adelante …. como suelen realizar los distintos gobiernos de turno: promoviendo soluciones futuras si se los votan, y cuando gobiernan culpan al anterior y dejan para el que viene problemas acumulados sin solucionar.
El año pasado recordaba: “En este tiempo de pandemia, me llena de emoción ver tanta gente solidaria que prestan sus pequeños lugares con gran corazón para realizar comedores barriales. Dan gratuitamente para recibir afecto y agradecimiento, ninguna recompensa económica. Sería injusto nombrar uno dejando de lado a otros, porque son muchos... Siempre me pregunte: ¿de donde sacan tanta mercadería y como cubren los gastos?. QUE GRANDES CORAZONES SOLIDARIOS, entrega generosa de tiempo, talentos y posibilidades. Son pobres en lo económico pero ricos de corazón. Unos aportan cinco peces otros dos panes … Dios multiplica y todos quedan saciados. Los grandes milagros de Jesús, en nuestro tiempo, es despertar esa empatía, dando con generosidad lo poco que se tiene, pero sumando a otros, cubren las necesidades ...hay que saber ver las buenas obras y darlas a luz para que sirvan de ejemplaridad y de justo reconocimiento. No todo es negativo ...el Reino de Dios se va edificando en el tiempo presente”, como aquel niño que dio lo que había llevado para el . Nadie puede dar lo que no tiene y puede, pero muchos esconden lo que desperdician sin ver lo que otros necesitarían.

“Maestro, abre nuestra mirada para ver las necesidades de los demás y despierta la generosidad para dar”.


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