XVIII domingo durante el año. (Jn. 6,24-35).
La gente, después de la multiplicación de los panes y peces, buscaban proclamarlo Rey. Jesús los reprende al darse cuenta que tergiversan su mensaje, buscando conveniencias particulares: ‘comer pan hasta saciarse’. Hoy también existen tendencias que hacen perder la profundidad y objetividad de los mensajes de Jesús, buscando alguna conveniencia económica o prestigio popular, estabilidad en la vida o reconocimiento social. Como también después de una reflexión profunda, ante la maravilla de Dios presente en el Pan Consagrado, realizar adoraciones que nos llevan al éxtasis y no a acciones para un mundo mas humano, justo y armonioso. No entendemos el mensaje profundo que esconde sus milagros, parábolas, enseñanzas y su misma vida humana.
Ante el mismo Misterio del Dios hecho hombre, donde exalta el ser humano hasta lo divino, porque lo más asume lo menos; como en la Santa Misa se busca entenderlo poniendo las pequeñas gotas de agua en el vino que será consagrado. Lo divino de Jesús diviniza lo humano, exalta, ennoblece desde el comer y dormir, el trabajo y la recreación.
Entendiendo Su Presencia Misteriosa en el Pan Consagrado, el Maestro busca estar en nuestras vidas, prolongándose en nuestro MODO DE VIDA. Como vivió Jesús será nuestro modelo, como pensó, habló, trató a los demás, la empatía que tuvo con los necesitados y abandonados socialmente. Compartiendo su MENSAJE y EJEMPLARIDAD, comerlo y beberlo es hacernos uno con El, ser otro Cristo presente hoy. Él ennoblece nuestra vida divinizándola, donde todas las acciones humanas están queridas y exaltadas por el mismo Dios hecho hombre.
Pero Jesús no se deja engañar ‘conoce lo que hay en cada corazón’. Con lástima les revela que lo buscan porque les dio de comer y no por el mensaje que esconde su milagro: “Ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse”. Si Jesús multiplicaba sus milagros tampoco hubieran entendido y aceptado su mensaje... “¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?”. CUANDO EL CORAZÓN ESTA CERRADO, EL ENTENDIMIENTO SE OSCURECE. No entenderán, seguirán pidiendo nuevos signos milagrosos y, si es evidente el signo, lo atribuirán a la acción del demonio.
“...trabajen ...por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre...”. Jesús no dice que sea fácil, no podemos permanecer ociosos sino que es un ARDUO TRABAJO vivir conforme a su PROYECTO de VIDA. El mundo nos presenta un estilo distinto, egoísta, ambicioso y violento. El esfuerzo mas grande esta en uno mismo. Podemos encontrar muchos motivos para excusarnos y no llevar adelante el PROYECTO de VIDA del Maestro. En lo profundo de nosotros mismos podemos entenderlo, aunque sabemos que tenemos ‘el mundo, demonio y carne’ como enemigos del alma buscando impedir el triunfo del bien.
“¿que debemos hacer para realizar las obras de Dios?”… “la obra de Dios es que ustedes crean en Aquel que Él ha enviado”. Jesús triunfó con su resurrección, tenemos por delante asegurado el nuestro, yendo por el CAMINO, VERDAD Y VIDA, que el Maestro ya se adelantó.
“… Yo soy el Pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre. El que cree en mí jamás tendrá sed..”.
“Jesús, Pan Vivo, te das en comida para que unidos a Ti edifiquemos un mundo conforme a tu Corazón; envía Tu Espíritu para abrir el corazón y la mente contaminada por los enemigos del alma”.
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