domingo, 20 de octubre de 2019

¡GRACIAS MUJER POR TU MATERNIDAD!


Domingo XXIX da. (Lc. 18,1-8) ORACIÓN CONFIADA Y PERSEVERANTE.
El Evangelio de este Domingo nos relata la Parábola del Juez inhumano y la viuda necesitada, que clama por justicia. El varón aportaba con su trabajo el sustento de la familia, la mujer se dedicaba a los quehaceres domésticos, cuando quedaba viuda estaba totalmente desamparada y junto con los huérfanos eran los más pobres de los pobres. Las Comunidades Primitivas Cristianas los atendían de manera particular. Este Juez corrupto se jactaba de "no temer a Dios ni le importaba los hombres" ...parece ser un mal de todos los tiempos! Reacciona no movido por justicia ni misericordia sino para que no la moleste mas! Hoy los Medios de Comunicación Social ejercen con su investigacion y publicacion esa presión que lleva a los jueces preocuparse por imponer justicia que nos recuerda aquel entonces. Ante la tardanza de la justicia de los hombres solo nos queda elevar a Alguien que nos pueda escuchar y preocuparse de nuestras necesidades. La oración debe ser confiada y constante, necesita crecer en la relación con Dios, como un hijo eleva a su padre un pedido ...siempre será escuchado. Jesús nos deja planteado esta cuestión: " cuando venga el Hijo del Hombre ¿encontrará esta fe en la tierra?". Orar con fe y sin desanimarse que Dios Padre escucha a tantas almas afligidas y abandonadas de los responsables de solucionar sus problemas. La indiferencia e insensibilidad endurece el corazón incapacitando a la empatía y solo se mueve por conveniencias personales. ¡Esta viuda reclamaba algo justo! ¿Cuántas veces nos vemos identificados? No somos escuchados ni atendidos por aquellos que son responsables de hacerlo ... parece que nuestro pedido no llega a destino, la injusticia de los hombres y el silencio de Dios, aumenta la angustia y el dolor, la perseverancia de la viuda termina por ser atendida. La perseverancia también lleva a aumentar la fe necesaria para entender los planes y la acción de Dios, no siempre como queremos y esperamos. Jesús también pronunció palabras llenas de angustia y dolor a su Padre en el Huerto de los Olivos "Pasa de mí este cáliz del dolor"..."Triste está mi alma hasta la muerte" ... sudor y sangre brotaron de su estado anímico. En la cruz  eleva su plegaria heroicamente y confiada al Padre después de su "Dios mio, Dios mio porque me has abandonado?" diciendo: "En tus manos encomiendo mi espíritu". Su Padre lo escuchó no lo apartó de la cruz pero le dio algo superior : la resurrección.
Nosotros nos comportamos como juez injusto cuando  escuchamos pedidos de auxilio ante injusticias y necesidades extremas y miramos para otro lado o respondemos simplemente con un :"vete en paz rezare por ti", "haré una cadena de oración"... y se va con las manos vacías. SOMOS LA PROVIDENCIA DE DIOS! No podemos ser insensibles . LA EMPATÍA y MISERICORDIA deben ser el motivante de nuestras acciones. Hoy lo vemos en las grandes inundaciones el despertar la ayuda solidaria de tantos que con el agua hasta la cintura recorren barrios afectados repartiendo comida y ropa. Estos son la respuesta de Dios Padre y la Providencia de Él para con los hombres, el despertar acciones concretas. ¡Estos son los que edifican el Reino de Dios! no me cansaré de repetirlo. Este Domingo recordamos a la mujer en su maravillosa misión de ser MADRE, nunca del todo exaltada y hoy como una carga que se busca liberar. Jesús viendo a su Madre desde la cruz y revelandonos por su preocupación estar viuda, como la parábola de hoy, sabiendo que quedaría sin protección, superando el dolor que padecía, la miro y le dijo:" ahí está tu hijo"  mostrándole a Juan y a él "ahí está tu Madre", y desde aquel momento la llevó consigo. Debemos pensar que El velaba por su Madre para que nada le faltara, durante su vida pública, en su viudez y ahora en su alejamiento. ¡Cuanto amor y reconocimiento a esa Mujer Madre!. Mujer que ante los misterios incomprensibles de su Hijo guardaba todo en su corazón. HIJO LLENO DE SENSIBILIDAD, AGRADECIMIENTO Y CARIÑO superando su dolor para ver a su Madre y proveer su futuro.
"Madre de Jesús  y Madre Nuestra dada desde la cruz a los discípulos amados, ayúdanos a tener empatía con tantas mujeres deshonradas y abandonadas, donde sus reclamos no son escuchados. Tu misma experimentaste, ante las injusticias de aquella cultura, la atención tierna y preocupada de Tu Hijo  crucificado, dándonos ejemplo y preocupación por cuidar y valorar la misión maternal de la mujer. ¡Calma el dolor de tantas mujeres que buscan por otros caminos liberarse de aquello que debería ser exaltada! ¡GRACIAS POR TU DOCILIDAD DE SER MADRE DE JESÚS! ¡GRACIAS POR ACEPTARNOS COMO HIJOS TUYOS!

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