domingo, 23 de mayo de 2021

“RECIBAN EL ESPÍRITU SANTO”.

Domingo . PENTECOSTÉS.  (Jn. 20,19-23).
Terminada la Pascua, recuerdo del ‘paso del Espíritu de la muerte’ en Egipto, el Pueblo Judío celebraba, cincuenta días después, la ofrenda de las primicias que luego pasó a recordar la Alianza, en griego pentecostés. Para nosotros fueron los cincuenta días del Paso de Jesús de la muerte a la vida, PENTECOSTÉS cristiano. 
En esos días peregrinaba mucha gente a Jerusalén. Mientras los Apóstoles estaban encerrados, por miedo a la persecución, el Espíritu Santo desciende sobre ellos, cumpliendo la promesa de Jesús. Tendría la Misión de: recordarles todo lo enseñado, fortaleza y entrega para la misión; daría las palabras precisas para predicar, con valentía, el Mensaje del Maestro. Su miedo se convirtió en fortaleza; su lenguaje limitado en ser escuchados y entendidos en distintas lenguas, por aquellos venidos de lugares lejanos, signo de la UNIVERSALIDAD DEL MENSAJE.
En Pentecostés se formaliza la MISIÓN EVANGELIZADORA. Desde aquel entonces predicaron la Buena Nueva, “hasta los confines de la tierra”, extendiendo el Mensaje de Jesús, el Proyecto del Padre Creador. Tenemos un Dios revelado como Padre que no es un juez duro ...que busca encontrar errores para castigar... sino Misericordioso, que nos ama tan intensamente que se encarnó. Se hizo uno de nosotros llevando lo humano, en su Ascensión, a la Gloria del Padre. Manifestó, de esta manera, la dignidad del hombre y su destino final: la GLORIA DIVINA.
En el Antiguo Testamento el Espíritu no se presentó como una identidad personal, sino una acción divina que movía a los jueces, profetas, Reyes... Una fuerza externa, que movía o inspiraba. El Espíritu en Jesús no era distinto de Sí mismo. El Ángel respondió a María “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el Niño será Santo y será llamado Hijo de Dios” (Lc. 1,35). Dios se encarna. En Jesús el Espíritu reposa, no era algo venido de afuera, sino que posaba en El y actuaba en unión. Jesús se aparece y SOPLA sobre los Apóstoles, el Espíritu penetra en ellos. Ahora ellos serán movidos e inspirados por esa fuerza recibida, recibieron el Espíritu de Jesús que santifica y envía a la misión.
Sobre los Apóstoles produjo una acción pero no acabó en ellos, sino que en toda la historia de la salvación, sigue actuando inspirando y moviendo a hombres, varones y mujeres. A estos los ha llenado de Su Presencia actualizando e iluminando realidades nuevas con el PROYECTO SALVADOR del Creador, revelado por su Hijo. Me maravilla observar que dicha presencia viene siempre desde abajo; fieles que viendo una necesidad real de la vida, se inspiran y mueven a solucionarlas, buscando cambiar esa realidad negativa en algo bueno y santificador. ¡Cuantos Hogares Nuevos! se han abierto buscando contener a personas que eran desechadas, ignoradas o condenadas por su identidad sexual, costumbres novedosas y llamativas, adicciones … que nos despiertan una reacción negativa de critica y rechazo. Esas libertades de nuevas costumbres e identidades nos deberían despertar no el rechazo sino, desde la misma misericordia divina, contenerlos, tratando de comprenderlos. Buscar que la gracia de Dios descienda sobre ellos, que todos vivamos el mensaje de Jesús con alegría, sintiéndose queridos por Dios y hermanados entre nosotros.
EL ESPÍRITU de PENTECOSTÉS  sigue presente entre nosotros, ABRÁMONOS a EL. Dios creador tiene pensado una misión para cada uno de nosotros. El nos pensó de una manera individual, nos ama y destina. LO QUE NO HACEMOS  lo hará otro de manera distinta, buscará realizar lo que nuestra pereza, dejadez o falta de apertura al Espíritu, no realizó, pero no será lo pensado por el Creador para cada uno. 
“Espíritu santo desciende sobre nosotros y, llenos de Ti, extendamos el fuego de tu amor a todos los hombres”.


1 comentario: