Domingo de Ramos. (Lc. 22; 14-23; 56//23, 1-49).
Este domingo se lo denomina ‘Domingo de Ramos’, trayendo el recuerdo de la entrado de Jesús a Jerusalén, la gente lo recibía como el LIBERTADOR. Con sus mantos y cortando ramos de los árboles los agitaban alabando su ENTRADA TRIUNFAL .… Suponiendo que cambiaría los modos de gobierno, a su Rey Judío Herodes, al Representante Romano Pilato y la mente de los Sumos Sacerdotes... Pero en vez de entrar a caballo, animal utilizado para la guerra, entró sobre un burro, animal de carga, trabajo y pacifico; era todo un signo que debían reflexionar.
Comienzo de la Semana Santa. La lectura de hoy nos lleva a recordar aquellos momentos tan dramáticos. Desde la Última Cena, con la presentación del Pan y Vino como recuerdo de su Cuerpo y Sangre ...La oración de Jesús en el Huerto de los Olivos… la traición de Judas ...El paso de Jesús por los TRIBUNALES…. el Religioso, ante los Sumos Sacerdotes: “dinos si eres el Mesías …. Entonces ¿eres el Hijo de Dios?...” El Representante del Imperio Romano, Pilato, quien se alegró verlo porque había escuchado mucho sobre El ..’¿Eres tú el Rey de los Judíos?...Tu lo dices”. Ante el Pueblo dijo: “No encuentro en este hombre ningún motivo de condena.” , Juan agregará en boca de Jesús ;”Mi realeza no es de este mundo…”. Ante Herodes quien “le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le respondió nada”; y por último la sentencia Popular :”CRUCIFÍCALE…”
¡Cuántas veces la condena popular viene cargada de la irresponsabilidad de sus Gobernantes o sus Dirigentes Políticos! por la irreflexiva y salvaje reacción, movida e impulsada a una acción violenta, desproporcionada…. ¡Cuantas manifestaciones populares sufrimos! cortando calles, destrozando plazas, negocios, dejando todo a la miseria... muchos sin entender el porque y a donde son llevados…. no muy distinto a las manadas salidas de control que arrasan todo en su pasar… para mal de los peores sin conseguir solución a los temas por el cual creen ser movidos… “crucifícale….”
No faltó nadie por enjuiciar a Jesús. Ningún defensor. Los suyos, Discípulos Misioneros, ante el peligro de pasar por el mismo CAMINO, turbados y acobardados, huyeron. De lejos veían la condena de su Maestro de Vida y Misericordia, de Amor y Perdón…. de Aquel que les predicaba amar al enemigo, hacer el bien al que te agrede, dar al que te pide... Siempre responder en bien de los demás. El Maestro recibe esta respuesta de los hombres: incomprensión, agresión, condena, muerte... El dolor mas grande, que el físico, es el del abandono de los suyos, sufrir en soledad. Abandono de aquellos que amaba, compartía las jornadas, comida, diálogos, cansancio y descanso; su poderes milagrosos y Mensaje de Vida. Siguiendo un mismo ideal: un mundo mas humano, justo, equilibrado, hermanado.
Ante la gran soledad experimentada solo nos queda mirar a lo alto, vale decir mirada al mas allá, buscando el consuelo y fortaleza para llevar adelante el dolor, sufrimiento, soledad y muerte próxima. La fe en ALGUIEN que no nos abandona y siempre esta presente fortaleciendo y consolando y que trasmite el perdón a los mismos verdugos: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” y mirando aquellos que también padecían su muerte, con distintos comportamientos, al malhechor que le pide:”Jesús. Acuérdate de mí cuando vengas a establecer Tu Reino”. La gozosa y consoladora respuesta del Maestro: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
“Jesús, Maestro de Vida, que tu entrega generosa y redentora nos llene de fortaleza, piedad y generosidad en asumir el sufrimiento, dolor y muerte con la mirada al mas allá. Ayúdanos a liberarnos de la angustia interior con el perdón de los que nos han llevado a ese estado anímico”.
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