Domingo de la Santísima Trinidad. (Jn.16,12-15).
En los momentos de mayor intimidad con los Apóstoles, Jesús les comunica su relación con Dios como Su Padre, y nos lo deja como ‘Padre Nuestro que estás en los Cielos…’. Pero ahí no acaba su revelación sino que aparece una relación nueva muy unida a la anterior ‘enviaremos al Espíritu Santo…’ y su necesidad de recibirlo para alcanzar una profundidad que no puede ser alcanzada por la mente del hombre: “Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad…”.
Seguir al Maestro además de ser un privilegio era también una responsabilidad, llevando a consecuencias que no lo imaginaban, Jesús en un versículo anterior (v.2) les dice: “Serán echados de las Sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensaran que tributan culto a Dios”.
En la historia de la Iglesia nos encontramos con tantas situaciones de enfrentamientos, condenas y ejecuciones que nos lleva a pensar que no quedaba la profecía de Jesús circunscripta en la relación con su época. La Iglesia ha estado permanentemente cuidando el lenguaje y la expresión correcta y no equivocada de las verdades de la fe, creando un Ministerio para cuidar el cómo se expresan los Dogmas de Fe, condenando como hereje aquel que profese lo distinto, esto llevó a tantas divisiones del cristianismo, tratando de expresar lo que es un MISTERIO. Una de esas verdades era cómo expresar, en lenguaje humano, la SANTÍSIMA TRINIDAD.
Asumiendo un lenguaje, cultura, filosofía griega, expresar la unidad esencial de tres personas, incomprensible a la mente del hombre ¡Cómo puede darse esa realidad!. Terminamos diciendo que es un MISTERIO DE FE. Misterio que la mente no puede captar o entender, pasando a una relación donde se apoya en la AUTORIDAD de la Persona quien nos la revela, que no permitiría caigamos en error. La mente del hombre realiza un salto de humildad reconociendo que para su limitada inteligencia hay fenómenos que no los puede comprender y dar una explicación.
A diferencia que nos ocurre ante tantos fenómenos en la naturaleza que con el tiempo vamos comprendiendo por el avance de la misma ciencia. Un científico pone un escalón para que otro progrese en la profundidad de los fenómenos de la naturaleza, dejan de ser misterios para llegar a ser conocidas. Aquí en lo revelado por Jesús son MISTERIOS que por mas avances del conocimiento del hombre siguen siendo incompresibles, SOLO SE LA ACEPTAN POR SER REVELADAS POR JESUS.
Desde este cimiento la mente del hombre busca hacerlo comprensible, apoyándose en palabras humanas, con una cultura, filosofía … vale decir tratará de expresar el misterio en un lenguaje humano para que sea mas compresible, lo que solo por la FE llegamos aceptar. Por mas que elaboremos múltiples expresiones y dogmas sobre la Trinidad seguirá siendo un MISTERIO, una verdad oculta a nuestra mente, por lo cual condenar a alguien por no entenderla seria una actitud soberbia de nuestra parte.
En nuestra piedad expresamos en diversas oportunidades nuestra devoción a la Santísima Trinidad, que la misma no sea una expresión rutinaria y sin sentido, sino una verdadera relación con ALGUIEN que ocupa un espacio profundo en nuestro corazón… en nuestro afecto.
Un Dios que se revela como Padre Misericordioso; que se encarna como hombre dando su Vida hasta el extremo, Amor de Amigo… el Hijo, dándonos a conocer la Voluntad de Dios Creador. Que para llevar adelante sus planes divinos, Plan Creador… Proyecto de Vida… Armonía de la Creación… necesitamos la asistencia del mismo Espíritu, para conocer la profundidad de sus mensajes y la fortaleza para llevarlos adelante.
“GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO, COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS “. AMÉN.
Amén, muchas gracias, hermosa canción
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