Dos discípulos volvían a sus pagos tristes, temerosos, discutiendo, decepcionados ante la muerte en cruz del Maestro. Esperaban otra cosa, algo mas grandioso a sus ojos, un triunfo sobre los enemigos romanos, un nuevo David venciendo a Goliat. ” Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel “.
¡Cuanta decepción despierta en nuestro interior cuando los suceso no terminan como deseábamos!. Planificamos un camino, una profesión, una vida acomodada… una vida feliz, sin problemas… una vida pacifica.
Deseamos y votamos quien nos solucione y encause los problemas, un ‘Súper hombre’ … pero no aparece ese personaje… se nos viene el mundo abajo. Cabizbajos nos ponemos a discutir sobre quien tiene la culpa y quien no. Pero nosotros siempre bien parados, siempre con excusas con buena imagen, la culpa la tiene siempre el otro. Desligamos cualquier responsabilidad, como si nada pudiéramos realizar para cambiar la situación.
“En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido”. No anda la política... la Iglesia… el mundo… la culpa la tiene… “mientras conversaban y discutían”. Todos viendo lo malo pero nada planificando para cambiar, para edificar un mundo distinto.
¡Cuánto se invierte! en campañas electorales, sacando los presupuesto para arreglar los problemas de la gente… ¡cuanta inversión económica¡ para combatir y ganar guerras, aspiraciones imperialistas. ¡Cuanto comercio y ganancias en armas de guerra novedosas! que podrían ponerse en la edificación de un mundo pacifico, mas humano y feliz. El CAMINO del Maestro es distinto: PAZ, AMOR, MISERICORDIA, PERDON, INTEGRACIÓN, RESPETO… y tantas virtudes que deberíamos dócilmente dejarnos mover por Su Espíritu.
“Jesús se acercó y siguió caminando con ellos”. Nos olvidamos y no tenemos en cuenta la permanente presencia del Señor, que siempre soplará su Espíritu para iluminarnos. Hemos perdido la sensibilidad y espiritualidad para entrar en lo profundo y reconocer la presencia misteriosa del Señor. Dejarnos iluminar, necesitamos tener la MENTE ABIERTA a nuevas posibilidades y no estar cerrados al Espíritu. Miramos hacia atrás como Él actuó en la historia, sin entender que también HOY ESTÁ PRESENTE.
¡CRISTO Y YO MAYORIA APLASTANTE!. Grita entusiasmado el Cursillista, después de realizar su encuentro con Jesús y en Él el perdón, la misericordia, la alegría de sentirse elegido para cambia este mundo. Sale iluminado con nueva y distinta mirada; sus ojos abiertos; no ya mas en ellos el … “algo impedía que sus ojos lo reconocieran”.
“Señor infunde Tu Espíritu, llenando de luz y fortaleza nuestras vidas, alegrando de que Tu siempre estas con nosotros Resucitado “.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario