domingo, 29 de octubre de 2023

”¿CUAL ES EL MANDAMIENTO PRINCIPAL DE LA LEY … AMARAS AL SEÑOR TU DIOS ….Y AL PROJIMO COMO A TI MISMO”.

Domingo XXX durante el año. (Mt. 22,34-40).
 El Pueblo Judío había recibido, en el monte Sinaí, la LEY, los diez mandamientos, unos en relación con Dios y los otros con el prójimo. Ley como una norma que debían cumplir y no alejarse de ella. Debía regir y guiar el comportamiento, la relación social. Pero el entendimiento de ellas y la aplicación práctica llevo a desarrollar la casuística, poniendo en el desarrollo de los mandatos la misma importancia. Por eso le preguntan a Jesús ¿cual es el mandamiento principal de la ley?. La respuesta del Maestro no era ajena ni ignorada. El llama a las fuentes, no dando importancia a una casuística interminable, que llevaba a ser imposible cumplirlas y conocerlas tan solo por los letrados. Ellas mismas si no estaban regidas por el principal (amor) tampoco era cumplimiento. Me motiva elevar la mirada a nuestro tiempos, tenemos un Poder Legislativo, encargado de analizar las situaciones y redactar leyes para cumplir ...llevando a tener tantos especialistas como canales de interpretaciones...terminando en un insuperable numero de normas que necesitan especialistas en el tema y cuando las tienen que aplicar tardan tanto que terminan siendo injustas. Pretenden ser los especialistas de la justicia, conocedores y redactores de las leyes. Abogados cansados de profundizar, estudiar y buscar la aplicación correcta o conveniente para solucionar un problema que luego el juez debe dar la sentencia… que puede durar años en conocerse, convirtiéndose en injusto. Observamos que ante la falta de justicia surge buscarlas por mano propia, terminando en violencia. Recordemos como surgió la ley del talión, como corrector de los abusos de la justicia por mano propia, se elaboró el “ojo por ojo y diente por diente”.
 Jesús sintetizará en una sola palabra toda la ley: AMAR . Palabra que suena muy suave, agradable, sensible, aceptable. Pero amar no es fácil, aunque todos queremos, deseamos, amar y ser amados. Primero mirando a Dios … quien es El, como lo definimos… es un Ser elaborado por la mente ? o tiene una realidad que supera el entendimiento del hombre ! El Evangelista lo definió como “Dios es Amor, es Vida...”. Elevar la mente y el corazón hacia El nos lleva dejar todo entendimiento humano, dejándose envolver por ese Misterio insuperable: DIOS ES AMOR. El no tiene amor como el hombre que tiene o no, muncho o poco, pierde o gana… El ES AMOR tiene una identidad que nos indica de ser FUENTE. El hombre TIENE y entendemos que no “es” sino que participa de Alguien y que es limitado en cumplirlo. Nunca lo amaremos como se merece porque seriamos otro Dios, fuente inagotable donde no puede existir el contrario: soberbia, orgullo, vanidad, odio, egoísmo, violencia.
 Como amar a Dios? El mismo Pueblo Judío rezaba al levantarse y al acostarse el “Shemá”. “ allí expresaba que hay que amarlo con todo el corazón, el alma, la mente y las fuerzas.”. Entendiendo que al amarlo debemos conocer su Proyecto de Vida para con el hombre y cumplirlo. Amar a alguien nos lleva a identificarnos con el amado y prolongarlo en la vida, llevados por una identificación en el pensar. sentir y obrar. La identidad con el amado conlleva también amar lo que el ama…. amar a Dios es mirar y amar lo que El Ama. El cuidado de la creación y la relación con el prójimo será sana y generosa, como misericordiosa, desde esta óptica...desde Dios.
 No somos Dios y tenemos limitaciones, la teoría puede ser maravillosa pero la práctica de mirar, obrar desde Dios resulta ser un ideal muy elevado que el hombre debe tender. Por eso encontramos en este relato el “amar al prójimo COMO A TI MISMO”. Debemos entender que debemos amarnos a nosotros mismos también. Nadie se odia y si DEBE CUIDARSE. Por eso también tenemos esa ley tan universal, una positiva :”Trata a los demás como quieras ser tratado” y la negativa de ; “No hagas a nadie lo que no quieras que hagan contigo”. 
 “Perdón Señor cuando mis necesidades me llevan a no amar al prójimo como a mi mismo, olvidando Tu Presencia Viva y Tu Proyecto para la Creación entera”.


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