4° Domingo de Cuaresma. (Lc. 15,1-3.11-32).
Ante las predicaciones llenas de empatía, misericordia y optimismo, con la posibilidad de un cambio en la vida y que Dios es Misericordia, Amor, Felicidad... marcaba las predicaciones de Jesús como un MAESTRO ÚNICO. Las noticias se difundían de un lado a otro ...también llegaba a aquellos condenados por la sociedad: “todos los publicanos y pecadores”. También recurrían los Fariseo y Escribas, pero con intensiones de curiosidad o condena. Los Fariseos, su vida llena de mentiras, engaños, fanáticos de una imagen y predicación que no cumplían. Exigentes para con los demás y doble vida para ellos y los Escribas, guardianes de los textos sagrados.
Los Publicanos, vivían del aporte de la gente trabajadora, cobrando impuestos para el Imperio Romano, quedándose con una comisión, era condenados y considerados pecadores públicos. A estos personajes también llegaba el Mensaje de Jesús, en algunos produciendo frutos verdaderos, como a Mateo, luego seguidor y Evangelista. Nadie estaba exento de la Misericordia del Padre Celestial. Esto llevaba a que muchos murmuraban: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”.
Cuando la sociedad y los mismos integrantes de la casta sacerdotal, condenaban ….Jesús se acercaba, hablaba y comía con ellos, era escandaloso. Participar la comida con alguien era reconocerlo como un comensal cercano. Recordemos la escena de la Última Cena cuando Judas moja su pan en el plato de Jesús, esa posibilidad lo daba alguien trasmitiendo confianza, cercanía. Jesús le dirá en el Huerto de los Olivos : “¿AMIGO con un beso entregas a Tu Maestro?” … Nadie moja su pan en el plato del otro… nadie da un beso a alguien, sino siendo un signo de estima, cariño; un afecto reconocido por ambos. La traición de Judas fue un acto contra el amor de amistad.
En este ambiente tan diverso de oyentes y seguidores, Jesús desarrolla la PARÁBOLA. Según donde acentuemos la escena y los personajes, fue llamada Parábola del Hijo Pródigo, pero hoy mas acertado la Parábola del Padre Misericordioso. La Parábola debe acentuar el modo de pensar y actuar de Dios mas que las debilidades del hombre.
El hombre actúa de diversas maneras… el hijo menor “malgastó sus bienes en una vida licenciosa” sin detallar mas … aunque el hermano mayor definía en: “después de haber gastado tus bienes con mujeres…”. Por la atadura de nuestras debilidades vemos y juzgamos la caída de la otra persona... En el fondo podríamos pensar que el menor fue audaz y realizó lo que el mayor no se animaba. Enojado por la bondad del padre para con su hermano, que manda matar el cordero, realizar una fiesta, vestir al hijo con la mejor ropa, anillo y sandalias... ”él se enojo y no quiso entrar…”.
El hermano mayor también necesitaba el abrazo del Padre Misericordioso, no sólo por la alegría del hermano que volvió sano, sino también por su visión reducida, amarga, egoísta, mezquina, que miraba tan solo lo que él perdía por la vuelta del hermano y no en la alegría del Padre.
“Hijo mío, tú estas siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba pedido y ha sido encontrado”.
“Padre Bondadoso y Misericordioso abre nuestros corazones para acercarnos a Ti pidiendo perdón por nuestras faltas e infunde la grandeza de alma para abrazar al hermano perdido que vuelve al hogar”.
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