I° Domingo de Adviento. (Mt. 24,37-44).
Mateo, quien fuera RECAUDADOR DE IMPUESTOS, ante la mirada MISERICORDIOSA de Jesús, lo lleva a dejar todo y seguirlo. En los años ochenta, diez años después de la destrucción del Templo, escribe su Evangelio para el Pueblo Judío. Estos capítulos están mezclados con la memoria de aquellos momentos terribles y lo utiliza para escribir el ‘final de los tiempos’, los relata con estilo apocalíptico.
¿Cómo encontrará ese momento a la gente?. Cada uno estará ocupado en sus quehaceres diarios, sin preocuparse de nada, sino VIVIENDO EL MOMENTO lo mejor posible. Sin importar si esta conforme a la VOLUNTAD DIVINA; vale decir si los planes de vida elegidos están conforme al PLAN DIVINO. Los mismos pueden esconder intenciones profundas que escapan a nuestro entender y ver. Para Dios nada queda oculto, todo queda claro, no podremos poner en cuestión su juicio, solo aceptarlo.
Los Mensajes de Jesús van enseñando el deseo divino de cómo conducirse en la vida. Mirando a toda la naturaleza en su cuidado, pero especialmente la mirada hacia el HOMBRE. Podemos considerarlo como la ‘OBRA MAESTRA’, ya sea con la mirada de una creación súbita o el efecto de una evolución de millones de años. Detrás siempre está el pensar y la guía divina. Los relatos de la creación en el Génesis son escritos de una manera figurada y cuando nos habla de ‘un día’ o el ‘séptimo día’, no esta atado al día como hoy lo entendemos, sino que son figurados. La ciencia nos remonta a millones de años, encontrando residuos de una verdadera evolución.
“...cuando venga el HIJO DEL HOMBRE…”, expresando que fue verdadero hombre, asumió nuestra naturaleza, “en todo semejante al hombre menos en el pecado”... nacer, crecer y morir. Pero era también usado para revelar la trascendencia. Usó ese modo para identificar su procedencia frente a los Doctores de la Ley, se identifica como ‘Hijo de Hombre’. Por eso rompen sus vestiduras y se lo condena por ser un blasfemo, sintiéndose escandalizados por considerarse de condición divina.
No necesitamos realizar grandiosas obras ni importantes actividades para ser salvados o condenados. Jesús revela como sucedió en tiempos de Noé: “la gente comía, bebía y se casaba…y no sospechaban nada… Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que están moliendo, una será llevada y la otra dejada”.
¿Cuál será el motivo que diferencie el actuar de uno o del otro?.
El hombre valora las obras con ojos humanos, exalta las maravillas materiales, aunque vengan empañadas por la corrupción, vanidad, orgullo... Las obras humanas se clasifican valiosas por la calidad de su acción material. Observamos obras grandiosas, que ante la mirada nos asombramos y que, por la corrupción al realizarlas, duran lo que un pestañar de ojos. Solo se realizan para un tiempo. Dios Creador, lleno de Misericordia y Bondad, no califica por la maravilla material de la obra. No puede maravillarse porque nadie puede superar SU OBRA, la bondad, belleza y gratuidad de la misma.
AL HOMBRE SE LO PUEDE ENGAÑAR … A DIOS NUNCA.
Las obras del hombre pueden estar manchadas por la vanidad, orgullo, soberbia… por la intensión profunda que solo Dios conoce … Él valorará por el AMOR al realizarlas, la humildad en su modo de obrar, la generosidad y disponibilidad realizada…Trasparentan VALORES HUMANOS, llenos de belleza y bondad.
Dios no pide grandes obras sino la mirada y el amor al realizarlas.
AL FINAL DE LA VIDA TE JUZGARAN POR EL AMOR, como el hierro en la fragua; las impurezas quedaran desaparecidas por el fuego del amor.
“”Espíritu Santo enciendo en nosotros el Fuego de Tu Amor… y se renovará la faz de la tierra”.
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