sábado, 29 de julio de 2023

“VENGA A NOSOTROS TU REINO …”



Domingo XVII Durante el Año. (Mt. 13,44-52). 
El tema del Reino era desde la antigüedad muy presente en el Pueblo hebreo, una sociedad teocrática, donde Dios gobernaba. Pero con el tiempo y las costumbres vecinas adoptaron un Reinado humano; así tuvieron al Rey David, vencedor de Goliat liberándolos de los filisteos. Las distintas sumisiones a reinos extranjeros, vivían en la esperanza de un Rey que los liberara. En los años de Jesús esperaban un hijo de David, heredero, que reinara y los liberara de los Romanos, aunque algunos veían una relación mas espiritual no dejaba de ser ambigua. El tema del Reino estaba candente. Jesús lo retoma para dar un contenido mas profundo que el humano de dominación. Los reyes dominaban y eran considerados casi divinos, con autoridad hasta de la vida de sus súbditos ...Jesús la dará por sus seguidores; con mansedumbre y humildad, con bondad y misericordia buscará convencernos del Bien y Bondad del Camino propuesto, mostrándose como modelo a imitar.
Jesús hablaba sobre el Reino de Dios, Reino de los Cielos, siendo el tema principal en sus predicaciones. Los milagros que realiza eran signos de la presencia del Reino, el dominio sobre el mal, la enfermedad, el pecado, la muerte y la derrota del Demonio. Hay que creer en Jesús y aceptar su mensaje con sus exigencias para entrar en Su Reino.
El Reino de Dios se presenta de manera enigmática dejándose conocer por los humildes y sencillos. Jesús presenta las Parábolas del Reino, dando a entender por este modo la perennidad del Mensaje. Su Proyecto de Vida, será tan universal que trascenderá los tiempos y costumbres. Como grano de mostaza ...desde lo pequeño de los actos diarios, realizados con amor, edificaremos un mundo mas humano. Santa Teresita nos dejo con su ejemplo una enseñanza: que la grandeza de los actos no esta en las obras sino en la intensidad del amor puesto en ellas; hacer lo ordinario de manera extraordinaria, mente y corazón magnánimo. Cuando murió las Religiosas de su Comunidad no sabían que escribir sobre ella, nada daban, pasaba desapercibida ….pero la Superiora y su Hermana carnal sabían del amor y grandeza de su alma; una Gran Maestra de la Vida Interior. 
El Reino será como perla preciosa ... como el tesoro escondido en el campo ...una vez descubierta su riqueza, belleza, sanidad de vida, seremos capaz de darlo todo por conseguirla. Nos dará la alegría, gozo y felicidad plena, no artificial donde los hombres buscan sin llenar su corazón. Decía San Agustín, “mi corazón está inquieto hasta que descanse en Ti Señor”. Estaremos permanentemente buscando encontrar la satisfacción, alimentar el corazón ansioso y exigente, lo que llena verdaderamente… buscamos y buscamos y seguimos vacios. Hoy ante tantos peligros sobre la vida como las guerras, catástrofes y pestes, entendemos el valor de la VIDA, la salud, la amistad, amar y ser amado. La cercanía de los seres queridos, la recreación, como el tesoro que no siempre valoramos. En Dios esta la plenitud de todos los bienes y en El encontraremos lo que desea el corazón inquieto y ansioso de felicidad, EL ES la PERLA Preciosa ...el TESORO Escondido.
SABERSE HABITADO por Dios de una manera consiente y amistosa. Una vez encontrado y vivido será como fermento en la maza ...el mundo será distinto, mas justo, hermanado, armonioso, feliz. Todo se ve y entiende desde Dios y en Dios. La alegría de poseerlo se trasparenta en el rostro, un cristiano con cara triste es un cristianismo deprimente, opaco, sin optimismo, sin contagio, sin futuro. 
Como la semilla en la tierra necesita tiempo para crecer y dar fruto, el Reino de Dios está presente pero todavía no en plenitud. Jesús decía que Su Reino ya está entre nosotros y si entramos en nuestros corazones encontraremos al Sembrador, DIOS BIEN y BONDAD. Dejándonos guiar por su Espíritu el Reino llegara a su Plenitud: ninguno desea el mal para sí, sino la felicidad y la plenitud de todos los bienes. En lo mas íntimo de cada uno está ese deseo del Bien Eterno: el Amor, Felicidad, Gozo, Vida que solo en Dios lo encontraremos. Descubriremos desde dentro de nosotros mismos la Presencia Misteriosa, viva y actuante, que de una manera silenciosa manifiesta Dios su lenguaje y nos mueve a obra bien.
“Señor Jesús revélate en nuestro interior para que, gozando de Tu Presencia Amistosa, vivamos dando testimonio de la felicidad de poseerte”.


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