Domingo. fiesta de la Sagrada Familia. (Lc. 2,22-40).
El Domingo siguiente a Navidad celebramos la fiesta de La Sagrada Familia. El Creador al venir en Carne, humanizarse, asume lo humano y forma un núcleo que llamamos familia, según las mismas costumbres judías de entonces, por el varón, mujer e hijos.
La Sagrada Familia estaba constituida por la cabeza varonil, asumían la costumbre patriarcal, se le respetaba y obedecía. Era el responsable de cuidar ese núcleo ante los peligros y con su trabajo mantener el sustento del hogar. Según esa tradición se le aplica a San José el titulo de Patriarca. En estos tiempos difíciles y año particular se le pide a él quiera cuidar la Iglesia ante los tiempos difíciles que vivimos.
La mujer, María, dedicada cuidadosamente del hogar, que no era ser esclava del varón, sino responsable del cuidado y educación de los hijos hasta los ocho años. Después de esa edad el varón pasaba a ser educado en el ambiente varonil del trabajo y maduración afectiva con el padre y la mujer seguía educada por su madre.
De esta cultura surge el llamar Patrimonio (de padre) a los bienes materiales adquiridos y matrimonio (derivado de madre) a lo que formalizará una relación sostenible, dividiendo las responsabilidades del hogar.
Lucas relata la presentación del Niño Jesús en el Templo. La Sagrada Familia, según la costumbre judía, llevaba al niño nacido en su octavo día para la circuncisión, signo de pertenencia a Dios y mirada al crecimiento del Pueblo ayudando la fertilidad. Luego se lo presentaba al Señor: “Todo hijo varón primogénito será consagrado al Señor”; recuerdo de la época vivida en Egipto. Para salir de la esclavitud y ser liberados, de la dureza de Faraón, Dios envió las plagas. La última fue la muerte de los hijos primogénitos (herederos del patrimonio familiar y del reino). El pueblo judío quedaba exento, ante el paso del ‘ángel exterminador’, en las casas donde los dinteles fueran marcados con la sangre del cordero. De allí que el cristianismo entiende a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Su Sangre derramada en la Cruz aplicada, no ya en los dinteles de las puertas, sino en cada creyente, quedamos marcados con Su Sangre y nos priva de la muerte eterna.
Hoy día la responsabilidad esta más compartida, ya no se ve mal al varón lavar platos, hacer la comida, barrer la casa ...tareas del hogar que solo la realizaba la mujer. También observamos a la mujer mas integrada a la sociedad, asumiendo cargos de responsabilidad antes inimaginable, en lo profesional y de gobierno. En la Iglesia Institución se está abriendo lentamente el camino de participación de la mujer en responsabilidades y ministerios jerárquicos. Se esta buscando encausar los grandes valores femeninos como aportes a la humanidad. No se busca la igualdad del varón con la mujer, como si fueran iguales, sino respetando la diversidad del pensar, sentir; la mirada distinta llena del sentimiento femenino. La riqueza de lo diverso del varón y mujer, complemento para caminar juntos, uno al lado del otro y no uno detrás del otro. Dios los creo varón y mujer, distintos, complementándose, no anulándose.
"Dios Bueno y Misericordioso que te has querido revelar como un Padre tierno y providente haznos ser cuidadosos y agradecidos por el ambiente familiar en el que fuimos creciendo y asumiendo valores humanos para tu Reino de Amor, Justicia, Paz, Gozo, Felicidad y Vida. Ayúdanos a sembrar dichos valores y ser comprensivos con aquellos que no han tenido dicho privilegio"